Matamoros, Coah.- Productores de la Unidad Agrícola Familiar La Esperanza, en la región Comarca Lagunera, ahora cultivan una mayor variedad de productos agrícolas y producen más forraje con la adopción de prácticas sustentables.
Los integrantes de esta unidad de producción se incorporaron hace cinco años a MasAgro, programa que operan de forma conjunta la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). El propósito del programa es mejorar la productividad agrícola y proteger los recursos naturales del campo en beneficio de las comunidades rurales.
Una de las prácticas que los productores han hecho suyas es la diversificación de cultivos, que es uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación. Ahora, en lugar de hacer monocultivo de maíz (práctica común en la región), siembran melón y sandía en rotación con maíz forrajero. Además del beneficio que implica cultivar esas frutas, en las áreas donde las sembraron aumentó 17% el rendimiento de forraje, pasando de 45 a 53 toneladas por hectárea. Este fue uno de los logros del ciclo primavera-verano 2018.
Gracias al acompañamiento técnico de MasAgro, los productores también han adoptado el uso de feromonas para el control del gusano cogollero, lo cual permite reducir la aplicación de agentes químicos para el control de plagas. Además, ahora inoculan la semilla de maíz forrajero; esto hace posible que las plantas desarrollen un sistema de raíces más eficiente e incluso que se logre un incremento de los rendimientos.
Otra buena práctica, de adopción reciente en la Unidad Agrícola Familiar La Esperanza, es la nivelación de parcelas con un dispositivo láser. Un suelo nivelado permite hacer más eficaz el riego y evitar el desperdicio de agua. Cabe mencionar que los productores tuvieron acceso a esta tecnología en 2019 a través de un programa de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno de Coahuila. La mejora en el riego permitió la plantación de árboles de higo y nuez, cultivos altamente rentables por su demanda y el precio que alcanzan en el mercado local.
En La Esperanza los resultados son claros. La diversificación de cultivos amplía las opciones de producción agrícola, incrementa la rentabilidad de la unidad de producción familiar y protege el medioambiente.