México.- De acuerdo con el Informe Global sobre Crisis Alimentarias 2020 del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas —ganador del Premio Nobel de la Paz de este año—, la pandemia por el nuevo coronavirus podría, junto con los conflictos, los efectos del cambio climático y las crisis económicas, contribuir a perpetuar las crisis alimentarias existentes en el mundo.
México no está exento de sufrir dificultades con respecto a la seguridad alimentaria de su población. Se estima que el número de personas con dificultades para acceder de forma regular a alimentos sanos y nutritivos aumentó significativamente entre 2014 y 2019 (la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o severa pasó de 27 a 35% en ese lapso).
La producción sustentable de alimentos sanos y nutritivos nunca había sido tan relevante para la sociedad como ahora que la malnutrición en todas sus formas (desnutrición, insuficiencia de micronutrientes, sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación) impacta directa y visiblemente al sistema de salud, la economía y otros sectores.
De acuerdo con las Naciones Unidas, hacer que los sistemas agroalimentarios sean sustentables y constructores de paz social ha sido y debe seguir siendo parte de la respuesta de las sociedades para reconstruir y hacer frente a la pandemia por COVID-19. Además, construir y fortalecer alianzas para transformar los modos de producción y consumo es fundamental para asegurar la disponibilidad de alimentos hacia el 2030, año en que debido al incremento poblacional será necesario duplicar la productividad agrícola.
Apoyo al Abastecimiento Responsable en México es un proyecto impulsado por la Compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a través del cual se apoya la capacidad de los agricultores para aumentar la producción sustentable de alimentos y contribuir a una respuesta colectiva y organizada para abordar los retos actuales y futuros en torno a la alimentación, como erradicar el hambre que persiste en el mundo, abordar los retos derivados de la pandemia actual y asegurar que en la siguiente década se produzcan alimentos suficientes con menos recursos disponibles.
A través de Apoyo al Abastecimiento Responsable en México se desarrollan capacidades en pequeños y medianos agricultores para impulsar la producción de maíz amarillo mediante prácticas sustentables en diferentes puntos del país. De acuerdo con la FAO, compartiendo conocimiento científico y tecnologías adecuadas se puede transformar los sistemas agroalimentarios y orientarlos a desarrollar medios de vida sostenibles.
En voz de la productora Ariana Arzola Galindo, quien participa en el proyecto con Kellogg y el CIMMYT, “la agricultura es lo más básico del planeta y nosotros somos privilegiados porque tenemos suelos fértiles que debemos cuidar. Con el proyecto con Kellogg ahora hacemos mínima labranza, así ahorramos combustible y tiempo. En lo ambiental también hay beneficios: menos emisiones de gases contaminantes y ahorro de agua”.
Cuando los sistemas agroalimentarios son sólidos, productivos y ambientalmente sustentables, las comunidades pueden fortalecer su tejido social y aminorar la incidencia de fenómenos como la migración y la violencia. Proyectos como Apoyo al Abastecimiento Responsable en México son un ejemplo de cómo se puede construir una agricultura resiliente, una #AgriculturaParaLaPaz que permita nutrir a una población en crecimiento y preservar el planeta juntos.
En el marco de la estrecha relación entre el campo, la salud, el medioambiente, la seguridad y la paz social, la Compañía Kellogg y el CIMMYT reiteran su llamado para la consolidación y fortalecimiento de una coalición que aproveche esta oportunidad única de reconstruir mejor y que aborde los desafíos cambiantes de la producción de alimentos, escuchando la crisis y formulando soluciones adecuadas para combatir el hambre y todas las formas de malnutrición.