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El acompañamiento técnico y el relevo generacional en el campo

En el marco del Día Internacional de la Juventud (12 de agosto), Steffany Flores, joven técnica de MasAgro Guanajuato, brinda su testimonio sobre el relevo generacional en el campo.  

Por: Gabriela Morales BarrientosDivulgación-CIMMYT
9 de agosto de 2021

Ocampo, Gto.- Los jóvenes representan el 16% de la población mundial ―en México esta cifra es de alrededor del 24%―, pero la relevancia de este sector no solo radica en su número, sino en su capacidad para impulsar la innovación y los cambios sociales. Desafortunadamente, las condiciones para el desarrollo de los jóvenes en muchos países de América Latina no son las más adecuadas y suelen ser el reflejo de profundas desigualdades ―como el acceso a la educación o las oportunidades de empleo―.

En México, la relación entre los jóvenes y el campo es una de las más relevantes a nivel económico debido al amplio potencial de crecimiento del sector primario —el único que registró un crecimiento en 2020 en medio de la pandemia—. Sin embargo, por diversas circunstancias históricas, en el campo mexicano hacen falta jóvenes. 

Si bien entre los trabajadores de apoyo en el campo predominan los jóvenes de 15 a 29 años, de acuerdo con la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2019, solo 2% de los productores (varones) responsables del manejo y la toma de decisiones en las unidades de producción son jóvenes de 18 a 30 años ―rubro en el que los adultos mayores de 40 años son mayoría―. 

Para muchos jóvenes mexicanos el campo no es muy atractivo para dedicarse a él —los bajos rendimientos, la degradación de los suelos y algunos fenómenos socioculturales los desalientan—. Sin embargo, hay algunos jóvenes que le están dando un giro radical a esta historia y desde su esfuerzo cotidiano están incentivando que otros jóvenes se arraiguen y vean al campo como una gran oportunidad de crecimiento personal e incluso profesional.

Stefanny Flores es una de esas jóvenes. Ella se dedica a la agricultura desde hace cuatro años que egresó de la universidad y desde hace un año, cuatro meses promueve la Agricultura Sustentable en el municipio de Ocampo, cuando se incorporó al equipo técnico de MasAgro Guanajuato ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)―.

“Yo me integré a MasAgro Guanajuato porque lanzaron una convocatoria. Entré al programa en marzo del año pasado y junto con algunos compañeros somos el equipo más joven. Desde que entramos nos han estado capacitando para brindar un mejor acompañamiento técnico a los productores”, comenta Stefanny, quien promueve prácticas como la Agricultura de Conservación, la rotura vertical, la cosecha de agua, las curvas a nivel, la fertilidad integral y el Manejo Agroecológico de Plagas.

Esta es una zona con suelos muy degradados, entonces con estas prácticas nosotros hemos podido devolver o regenerar un poco el suelo perdido y ayudar en la captación de agua. En el caso de los enfoques agroecológicos el bajo costo de los insumos ha permitido reducir los costos de producción y también cuidar la salud de los productores ya que el manejo convencional emplea productos muy nocivos”.

Con respecto al relevo generacional, Stefanny comenta que “es algo difícil, pero no imposible siempre y cuando se inculque y concientice a niños y jóvenes sobre la importancia que tiene el campo para su misma región, para sus familias o para las personas que ellos conocen”. Como parte del equipo técnico de MasAgro Guanajuato, ella aporta a este propósito “involucrándolos (a los jóvenes) en los recorridos o capacitaciones que hacemos para que ellos vean cómo se puede innovar en el campo y hacerlo más productivo y rentable, y así no solo se queden con lo que pasaba antes, sino que ellos lo vean que en el campo hay futuro y que vale la pena quedarse en su región haciendo agricultura”, asegura.

La joven técnica comenta que parte de las dificultades de promover la Agricultura Sustentable es el peso que tienen los aprendizajes generacionales, pero explica que la innovación no está peleada con la tradición familiar, sino que, al contrario, la fortalece: “lo más difícil ha sido crear conciencia para que los productores realmente quieran adoptar un cambio. A veces es difícil salir de la zona de confort. Siempre existe miedo a que no funcione, por eso es tan importante que los productores se convenzan viendo el trabajo de otros, yendo al lugar, yendo a ver directamente cómo sí funcionaron las cosas y escuchando el testimonio de otros productores. Si los más grandes se convencen de los beneficios de la Agricultura Sustentable, entonces las generaciones podrán tener un mayor interés en seguir trabajando las tierras de su familia”. 

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