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La utilidad de las curvas a nivel para la preservación de los suelos

MasAgro Guanajuato difunde, entre técnicos y productores, diversas estrategias que facilitan la recuperación de los suelos y la optimización del agua de lluvia. El trazado de curvas a nivel destaca por su efectividad. 

Por: Alicia Giselle García CerrilloAgente técnico MasAgro y Araceli Donghú ÁngelesFormadora MasAgro Guanajuato
24 de enero de 2022

Guanajuato.- Con el aumento en cantidad de la población mundial, la demanda de producción de alimentos también aumenta. Sumado a esto, el cambio climático agrega nuevos retos para los sistemas agroalimentarios, de manera que explotar los recursos naturales de forma intensiva exige poner en marcha acciones de recuperación de dichos recursos. 

En el caso particular de las actividades agrícolas, hay alternativas viables para continuar con la producción intensiva de alimentos mientras se hace un uso racional de los recursos y se implementan prácticas de recuperación de suelo. MasAgro Guanajuato, por ejemplo, cuenta con diversas estrategias que facilitan la recuperación de los suelos y la optimización del agua de lluvia.

MasAgro Guanajuato es un programa conjunto de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). El programa pone a disposición de técnicos y productores prácticas sustentables que, al ser implementadas en campo conforme a las características del suelo, ambiente y disposición de agua, contribuyen a la preservación de los recursos naturales. 

Una de estas prácticas es la definición de curvas a nivel —que ya están implementando productores de los municipios de Tarimoro y Salamanca para el cultivo de sorgo—. Estas son curvas a través de la pendiente que permiten reducir la erosión del suelo y hacer un mejor uso del agua de lluvia, pero ¿por qué curvas a nivel? 

Cuando hablamos de recursos naturales en la agricultura a cielo abierto, el suelo destaca como un organismo vivo de gran complejidad —para que se forme un centímetro de suelo se estima que debe transcurrir más de un siglo sin perturbaciones—. Las actividades agrícolas no sustentables han acabado con esa dinámica natural de regeneración, dando como resultado la erosión y, en casos extremos, suelos inertes. 

Cuando la parcela de cultivo tiene una pendiente muy marcada, el riesgo de pérdida de suelo debido a la lluvia y el viento es aún mayor. Para reducir este riesgo es indispensable implementar técnicas de conservación e intervenir técnicamente de manera integral en todos los componentes o áreas del proceso de producción. 

Una alternativa para preservar los suelos es fomentar la cobertura vegetal a través de los cultivos de servicio. Entre las funciones más importantes de estos está trasladar el carbono atmosférico (con la planta en verde) hacia el suelo a través del manejo del rastrojo sobre la superficie (después de cosechar) y así, además, incorporar poco a poco materia orgánica para darle estructura e incentivar la actividad biológica del suelo.

Otras alternativas para la conservación o recuperación del suelo son la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos provenientes de compostas y, desde luego, el trazado de curvas a nivel. 

Para trazarlas no se requiere necesariamente de equipo especializado, basta un nivel —denominado aparato A o nivel tipo A— que se puede construir con materiales muy sencillos y de fácil acceso. Estos son: dos palos de madera del mismo tamaño (2 m) y uno más corto (1.5 m), un hilo grueso o cuerda flexible, un nivel de burbuja, un lápiz, tres clavos, un martillo, un flexómetro, una piedra o botella —que servirá de plomada— y un encalador. 

Para construir el nivel tipo A primero se marca el punto medio de los palos de 2 m mientras que al de 1.5 m se le marcan 25 cm de cada uno de sus extremos. Después se unen las piezas de 2 m por uno de sus extremos —dejando un sobrante de al menos 2.5 cm—. La pieza de 1.5 m se une a las dos piezas de 2 m ya unidas —cuya abertura debe ser de 2 m—, justo a la mitad que se marcó con anterioridad.

Una vez ensamblados los palos se coloca la plomada en el extremo superior de la “A” haciendo que su caída coincida con el punto medio de la pieza de madera de 1.5 m que funciona como travesaño horizontal —para marcar la mitad es útil apoyarse del nivel de burbuja—. 

Con este sencillo aparato se pueden trazar entonces las curvas a nivel, que son líneas trazadas a una misma altura, transversalmente a la pendiente. Son particularmente necesarias en los terrenos en condición de temporal porque permiten reducir la velocidad del agua de lluvia y favorecen su distribución uniforme en la parcela y su posterior infiltración —particularmente en caso de que antes se haya hecho una rotura vertical si fuera necesario—.

Fuentes:

  • Guzmán Díaz, G. (2012) Conservación de suelos: como trazar curvas a nivel (No. AV/1226). Ministerio de Agricultura y Ganadería, San José (Costa Rica).
  • García, J. (2016). Manual para trazo de curvas de nivel. Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, CIMMYT. Chiapas (México). 

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