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Para Uziel Ramos, la diversificación, la rotación de cultivos y la eficiencia son puntos clave para hacer de la producción de alimentos una actividad rentable y sustentable.
Por: Marco Díaz, Divulgación-CIMMYT.
Junio de 2019.
Guasave, Sin.- Uziel Ramos Zamudio incursionó como productor hace cinco años. Al hacerlo, no dudó en implementar la Agricultura de Conservación (AC). Actualmente, con este sistema produce 5 t/ha, lo que es superior al promedio de la zona.
Su padre ya le había mostrado algunos de los principios de la Agricultura de Conservación (AC), los cuales conoció con mayor amplitud cuando estuvo bajo la asesoría de uno de los expertos de fertilidad del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) mientras era estudiante del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson). Para Uziel, “el productor que no hace uso de esta práctica no va a tener qué dejarles a sus hijos”. Él aprendió de su padre (el profesor y productor Daniel Ramos Angulo, reconocido en la región del Évora por su labor con los productores de esa zona), y ahora —como miembro del Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora— comparte su experiencia para que otros productores se acerquen a la AC.
Uziel Ramos es ingeniero en Biotecnología y maestro en Ciencias en Recursos Naturales, con orientación a la producción de hortalizas, por el Itson. Actualmente, está enforcado a la producción de hortalizas (para exportación) y granos básicos a través de las empresas Kaban y Uzalca, respectivamente. Sobre esto comenta: “es herencia de mi padre; yo la seguí adelante, y la estamos trabajando bajo los principios de Agricultura de Conservación”.
Con relación a este sistema de producción, Uziel Ramos señala que “existe una falsa teoría de que la AC baja los rendimientos, pero sólo es una falta de conocimiento de la técnica. La curva de aprendizaje es de dos o tres temporadas para entender cómo ser más eficiente en la siembra, la fertilización, el manejo de plagas y la nutrición, y entonces obtener grandes resultados. Yo empecé en 2014 con rendimientos de 10 t/ha, que es el rendimiento promedio en la zona. En la última temporada obtuve 15 t/ha, y para esta próxima cosecha pretendo las 16 toneladas”.
Ramos Zamudio recomienda a los productores que quieren mejorar su rendimiento innovar a través de la AC pero de la mano de especialistas, pues “es difícil hacerlo solo, o a la deriva. Gracias a su apoyo [del CIMMYT] hemos alcanzado metas y resultados”. Para él, la AC es una forma de regresarle al suelo “lo que tanto nos ha dado. Tenemos la mala costumbre de explotar el suelo y no devolverle nada”.
Sobre la transición de la agricultura convencional a la de conservación, Uziel Ramos comenta que “existe la creencia en la región de que para producir más hay que tener grandes aparatos y maquinaria y estar a la vanguardia tecnológica. Sí hay maquinaria sofisticada que nos facilita el proceso, pero la clave está en notar que lo que estamos haciendo no está funcionando y querer cambiar. Eso es lo importante: tener la capacidad de iniciar un nuevo proceso, pues con cualquier maquinaria se puede hacer. Las rastras y los arados ya pasaron a la historia, ahorita solamente se utilizan la fertilizadora y la sembradora, y listo. Ahora mi esfuerzo lo dedico a tener buena nutrición, buen manejo y balance en todas las actividades del ciclo productivo, y así llego al fin de temporada con buenos rendimientos”.
Uziel Ramos destaca que utiliza tecnologías como el riego por goteo, la nutrición balanceada, el Manejo Integrado de Plagas y la rotación de cultivos. “Estamos manejando rotación grano-hortaliza y hortaliza-grano. Y le damos un manejo para hacer dos o tres ciclos en un solo ciclo productivo”. Finalmente, enfatiza que “debemos hacer este tipo de prácticas para bajar los costos que tanto nos han pegado en el bolsillo; más allá de ser productores, debemos ser empresarios agrícolas y pensar en la rentabilidad —en lo que es nuestro negocio familiar— para tener grandes resultados y satisfacciones”.