Ocampo, Gto.- En México aún hay 4.7 millones de personas subalimentadas ―es decir, que padecen hambre de forma recurrente―, por lo que es importante producir y promover las dietas sanas y variadas que la población necesita. Las legumbres, como los frijoles, son una de las principales fuentes de proteínas en la dieta humana; por su cantidad de hierro y otras propiedades, contribuyen a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como el alzhéimer (Cid, 2015).
En México son siete los principales estados productores de frijol. Guanajuato es uno de ellos (FIRA, 2016) y allí se encuentra la plataforma de investigación Ocampo ―establecida en 2014―, donde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) realizan estudios para mejorar la producción de esta legumbre.
La plataforma de investigación Ocampo se encuentra en una región semiárida, al norte de Guanajuato. Se trata de una zona difícil por las distancias, las variaciones climáticas (hay escasez de agua en momentos críticos del ciclo productivo), la falta de atención técnica y comercial y la baja interacción entre los actores de la cadena productiva, factores que condicionan las posibilidades de producción.
Para orientar los trabajos de investigación de la plataforma, se realizó un diagnóstico. De acuerdo con este, se identificaron cuatro temas prioritarios para la zona ―donde la mayoría de los productores siembra entre 50 y 500 hectáreas, mayoritariamente con frijol de temporal―: baja fertilidad de los suelos, control ineficiente de malezas, mal manejo de plagas y enfermedades y uso de semilla de baja calidad.
Desde el establecimiento de la plataforma hasta la actualidad se han tenido avances tanto en el aspecto agronómico como en la vinculación con otros actores, articulándose esfuerzos con el objetivo común de brindar soluciones a las problemáticas más urgentes de la agricultura en la región.
En 2019, con el doctor Jorge Acosta ―investigador del INIFAP― se comenzó la evaluación de diferentes variedades comerciales ―se estableció una vitrina de pintos (‘Pinto Saltillo’, ‘Salinas’ y ‘Rarámuri’), flores de junio (‘Flor de Junio Dalia’ y ‘Flor de Junio León’), negros opacos (‘Negro 8025’ y ‘Negro San Blas’) y negros brillantes (‘Negro Otomí’ y líneas avanzadas)― y de nuevas líneas de frijol, con el objetivo de obtener una nueva variedad adaptada a la zona, resistente a enfermedades como la pudrición de raíz, la antracnosis y la roya.
Con el Comité de Sanidad Vegetal del Estado de Guanajuato (Cesaveg), se ha trabajado en el diseño de ensayos orientados a un adecuado manejo de malezas. Recientemente, se establecieron ensayos de evaluación de herbicidas: uno de Periodo Crítico de Competencia (PCC) ―en el cual se busca establecer el lapso en que las malezas afectan más el rendimiento del frijol― y uno de Tecnologías de la Aplicación (de herbicidas), al cual se sumó la empresa Proasa.
Con ciencia colaborativa, esta plataforma de investigación de MasAgro Guanajuato ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) de Guanajuato y el CIMMYT― realiza trabajos que son de interés para otras regiones, contribuyendo a que la entidad siga aportando los productos que son fundamentales para lograr el hambre cero (como el frijol), tal como lo establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.