Jalisco.- La región Ciénega, en Jalisco, se ubica entre las de mayor productividad de maíz en el ámbito estatal y nacional; sin embargo, el sistema convencional de producción de altos rendimientos que caracteriza a la región se está tornando insostenible en términos económicos y ambientales. Con la finalidad de apoyar a los productores en la práctica de una Agricultura Sustentable y tras tres años consecutivos de investigación, la plataforma de investigación Ocotlán cuenta ya con una serie de recomendaciones validadas y listas para que los productores de la región las apliquen sus parcelas.

La plataforma de investigación Ocotlán se estableció en 2017. Ahí colaboran Xochicentli AC, la compañía Syngenta y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Por su ubicación es representativa de las condiciones agroclimáticas de la región Ciénega (está ubicada a 1,531 metros sobre el nivel del mar y su clima es semicálido, con una precipitación media anual de 800 milímetros y temperatura media anual de 20.2 grados Celsius).

Durante tres años consecutivos se han evaluado factores como mínimo movimiento del suelo, manejo de rastrojos, fertilización integral, tratamientos a la semilla, uso de promotores de rendimiento, Manejo Agroecológico de Plagas, manejo adecuado de malezas y rotación de cultivos. Los resultados obtenidos son prometedores. Destaca la reducción en el número de aplicaciones de insecticidas, la disminución de aplicaciones de herbicidas y la optimización de la fertilización.

Cabe mencionar que con las prácticas sustentables implementadas en la plataforma y en las parcelas de los productores se han obtenido notables incrementos de producción (en comparación con el promedio regional) y utilidades promedio de $30,000 en el caso de maíz.

Los productores de la región pueden recurrir a la plataforma para solicitar información sobre tecnologías y prácticas como:

• Siembra en camas permanentes.
• Monitoreo y manejo de malezas.
• Trampas con feromonas para captura masiva de gusano cogollero.
• Muestreo de poblaciones de insectos y determinación de umbrales económicos para la toma de decisiones.
• Uso de insecticidas de bajo impacto y alternativas bioracionales.
• Análisis de suelo, fertilización balanceada y uso de biofertilizantes.
• Rotación de cultivos y cultivos alternativos.