La voluntad de los productores ha sido vital para permitir un cambio de actitud y una apertura a la asistencia técnica.
Por: Pedro Flores González. Entrenador PIMAF.
Noviembre 2016.
Tabasco.- La respuesta y apertura favorable de los productores de Tabasco en cuanto a la aceptación de las indicaciones técnicas y nuevos aprendizajes es el reflejo de una actitud positiva que sirve como principio fundamental para incorporar innovaciones en cuanto a su forma de producir maíz.
Es interesante ver cómo en corto tiempo, gracias al esfuerzo de los técnicos del Programa de Incentivos para Productores de Maíz y Frijol y a la buena disposición de los productores de la región, estos últimos han aceptado la implementación de la Agricultura de Conservación en los ejidos de Emiliano Zapata y Poza Redonda.
En estas localidades del municipio de Cárdenas, Tabasco, se comenzó a promover la Agricultura de Conservación partiendo de un diagnóstico donde se observó que la mayoría de los productores de maíz, al momento de concluir la cosecha, generalmente quemaban el rastrojo, por lo que el asesor técnico PIMAF, el ingeniero Julio Antonio Poso Alamilla, comenzó con la labor de visitar las parcelas y realizar talleres de capacitación con el fin de concientizar a los productores para que eliminaran esta práctica que por tradición llevan a cabo, e intentaran adoptar la práctica de dejar el residuo en su parcela para iniciar de este modo una nueva forma de recuperar el suelo donde cultivan dos ciclos por año.
De este modo, y reconociendo la actitud colaborativa de algunos productores que se convencieron y decidieron comprometerse a realizar las acciones recomendadas, se puede comprobar que actualmente ya se practica el dejar el rastrojo en el suelo y comenzar a sembrar un nuevo ciclo de cultivo con una de los tres principios de la Agricultura de Conservación: mínimo movimiento de suelo, uso de cobertura (rastrojo) y diversificación de cultivos.
La voluntad de los productores ha sido vital para permitir un cambio de actitud y una apertura a la asistencia técnica que, a través del Programa de Incentivos para la Producción de Maíz y Frijol (PIMAF), ha logrado que los productores colaboren con entusiasmo en la adopción de técnicas que les ayuden a mejorar su cultivo.