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120 años de sanidad vegetal en México

En el marco de los 120 años de sanidad vegetal en México, el CIMMYT refrenda su apoyo a Senasica, institución responsable de esta fundamental labor en México.

La colaboración entre estas instituciones reporta avances significativos en la integración del Laboratorio de Fitopatología Portátil y en Tiempo Real.

Por: Fernando MoralesDivulgación-CIMMYT
29 de junio de 2020

Texcoco, Edo. Méx.- El estudio y combate de plagas y enfermedades de los cultivos en México se remonta al 9 de julio de 1900, hace 120 años, cuando fue instaurada la Comisión de Parasitología Agrícola. Después de muchos cambios históricos, esos esfuerzos por estudiar y legislar la bioseguridad en el ámbito agropecuario dieron lugar al actual Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).

Hoy, como nunca, adquieren relevancia las acciones de orden sanitario para proteger a los recursos agrícolas de plagas y enfermedades de importancia cuarentenaria y económica, no solo para facilitar el comercio nacional e internacional —gracias a las medidas fitosanitarias que se han implementado, los productores mexicanos exportan a más de 160 países—, sino para garantizar la salud de las personas. No es casual que 2020 haya sido declarado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Sanidad Vegetal.

Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la vinculación con el Senasica ha estado orientada por una visión compartida de ofrecer a los productores información y medidas oportunas para minimizar las pérdidas en los cultivos alimentarios por plagas y enfermedades vegetales que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pueden llegar a ser de hasta 40% alrededor del mundo.

En 2016 el Senasica convocó a algunas instituciones, entre ellas el CIMMYT, a trabajar en la Agenda Técnica Agrícola para integrar paquetes tecnológicos para los cultivos de cada estado (con recomendaciones para el buen desarrollo de las distintas etapas de cada cultivo, desde la preparación del terreno hasta el riego), los cuales han sido de gran utilidad para capacitar y dar asistencia a los productores del país.

Más recientemente —en marzo de este año—, el CIMMYT, el Senasica y otras instituciones realizaron la 24a Conferencia Bianual Internacional de Resistencia Vegetal a los Insectos (IPRI, por sus siglas en inglés). También ha habido avances significativos en la integración del Laboratorio de Fitopatología Portátil y en Tiempo Real (MARPLE, por sus siglas en inglés), un revolucionario laboratorio que usa tecnología de vanguardia para diagnosticar e identificar la roya del trigo hasta el nivel de cepa en solo 48 horas a fin de controlarla más rápidamente.

La interacción entre el Senasica y el CIMMYT es constante. A través de MasAgro —programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT—, por ejemplo, se han obtenido variedades de maíz y trigo resistentes a enfermedades y también se promueven prácticas poscosecha (para minimizar la pérdida de granos a causa de plagas de almacén) y sistemas como el Manejo Agroecológico de Plagas, el cual busca mantener las poblaciones de insectos en un nivel tal que no causen daños económicos, en vez de exterminarlas (lo que altera el equilibrio de los agroecosistemas).

Además, el Laboratorio de Sanidad de Semilla del CIMMYT (que opera desde 1988) tiene constante comunicación con la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV) —una dependencia del Senasica— para diagnosticar fitopatógenos y evitar que se propaguen en los cultivos. Cerca de 30% del maíz y 50% del trigo cultivado en todo el mundo pueden atribuirse al germoplasma del CIMMYT, por lo que es fundamental vigilar la sanidad vegetal. Si algo sale mal en México, muchos países estarían en riesgo.

La sanidad vegetal es hoy un problema de orden mundial. Su importancia radica en su vinculación directa con la seguridad alimentaria, pero también con la pobreza, el medioambiente y el desarrollo económico. Con instituciones sólidas e investigación colaborativa, México podrá hacer frente a los retos en materia de sanidad vegetal, los cuales se incrementan a consecuencia de la globalización de la economía mundial y el cambio climático (que propicia la aparición de nuevas plagas y enfermedades).

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