Acámbaro, Gto.- En la región sureste del estado de Guanajuato (comprendida por los municipios de Acámbaro y Salvatierra) es predominante la agricultura con riego por la cercanía que existe con cuerpos de agua importantes (como la laguna de Cuitzeo o el lago de Yuriria). No obstante, no siempre se alcanzan los niveles que se ocupan en los cuerpos de agua y los niveles de los pozos disminuyen cada año, por lo que las prácticas agronómicas para optimizar el uso del agua adquieren relevancia.
Siendo la cobertura del suelo con rastrojos una práctica que permite conservar mayor humedad, es importante conocer la cantidad adecuada de rastrojos que se debe dejar sobre la superficie dependiendo del tipo de suelo, el cultivo, el manejo agronómico, así como el periodo y la cantidad de lluvia. Para conocer esta información en la plataforma de investigación de Acámbaro se evalúa la sustentabilidad de la producción de maíz de riego bajo diferentes prácticas de labranza, manejo de rastrojos y rotaciones con otros cultivos.
La plataforma de Acámbaro se estableció en el año 2014 en una parcela del productor Miguel Mandujano Vega, en ella colaboran investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en el marco del proyecto MasAgro Guanajuato que impulsa la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SdayR) y el CIMMYT.
Entre los resultados de sus evaluaciones con diferentes manejos de rastrojo (desde retirarlo todo o incorporar algún porcentaje hasta mantenerlo en su totalidad) destaca que en suelos con alto contenido de arcilla se debe conservar el 50% de rastrojo para facilitar la reformación de camas, siembra y emergencia de las plantas. Esto debido a que la incorporación del rastrojo aumenta la retención de humedad y en cantidades no adecuadas en este tipo de suelos podría someter al cultivo a estrés hídrico, disminuyendo su rendimiento.
Al conservar 50% de rastrojo en camas permanentes angostas en suelos arcillosos se reduce además el riesgo de tener enfermedades causadas por hongos como Fusarium spp. (que genera en el maíz pudrición de tallo y mazorca), Rhizoctonia solani, y Sclerotium sp., Phytium sp. (que dan origen a la secadera del trigo).
Con camas permanentes se han registrado mejores rendimientos que con labranza convencional (después de algunos ciclos). De acuerdo con las observaciones, esto se puede atribuir a que al reducir el movimiento del suelo se logran cambios en su estructura que permiten filtrar de mejor manera la humedad.
Otro de los beneficios observados al sembrar maíz en suelos arcillosos dejando el 50% del rastrojo sobre la superficie, es que es posible reducir entre 10 mil y 50 mil semillas por hectárea en comparación con las densidades empleadas en la región (un mayor número de plantas en el espacio incrementa la competencia por agua y nutrientes, también se incrementa el aborto de granos, la cantidad de adultos estériles y además se favorece la presencia de enfermedades). Considerando el costo de los sacos de semillas, esto permite tener ahorros de alrededor de $600 por cada 10 mil semillas.
Además de estas evaluaciones, en la plataforma de investigación de Acámbaro se investigan temas como fertilización, manejo de malezas, manejo de plagas, entre otros. Los productores de la región pueden recurrir a esta plataforma para obtener información útil sobre estos temas.