Se dio a conocer la diversidad genética de las semillas nativas que tienen las comunidades como un recurso fitogenético estratégico que contribuye a mantener su soberanía alimentaria.
Texto y fotografías: Nadia Waleska Rivera López, coordinadora de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.
Santa Lucía La Reforma, Guatemala.- Las semillas nativas son el legado ancestral que heredaron, y aún resguardan, miles de productores del área rural de Guatemala. El compromiso de la sociedad actual es promover el rescate, la conservación y la protección de este valioso recurso que por siglos ha alimentado a nuestros pueblos.
Recientemente, se llevó a cabo la Segunda Feria de la Agrobiodiversidad, Conservación e Intercambio de semillas nativas en el municipio de Santa Lucía La Reforma, Totonicapán, la cual fue organizada y llevada a cabo por la Fundación para la Innovación Tecnológica Agropecuaria y Forestal (Fundit) con el apoyo del Proyecto Buena Milpa Guatemala y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en el marco de Feed The Future (iniciativa global del Gobierno de los Estados Unidos contra el hambre y la inseguridad alimentaria) y con el financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
La feria contó con cerca de 380 participantes, entre productores, técnicos, expositores, estudiantes y representantes de instituciones del Estado (Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social [MSPAS]; Ministerio de Desarrollo Social [Mides]; Comité Nacional de Alfabetización [Conalfa]; Ministerio de Educación [Mineduc]; Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación [MAGA]; y Comisión Municipal de Seguridad Alimentaria y Nutricional [Comusan]), instituciones de sociedad civil (Asociación CDRO, Qachuu Aloom y SHARE) y Reservas Comunitarias de Semillas de las aldeas Quilinco, Chiantla, y Panimaché, Chichicastenango.
Los principales expositores de esta feria fueron productores locales y de otros municipios, quienes dieron a conocer la diversidad genética de las semillas nativas que tienen las comunidades como un recurso fitogenético estratégico que contribuye a mantener su soberanía alimentaria.
Durante el evento se disertaron varias ponencias informativas sobre la trascendencia de la conservación y protección de las diversas especies de semillas nativas ante las amenazas transgénicas, su importancia y contribución a la salud y nutrición de la población, las alternativas de conservación de semillas nativas (uso de reservas comunitarias) y el rol que juegan éstas frente al cambio climático; la mayoría de estas charlas fueron traducidas simultáneamente en idioma maya k’iche’.
En los diversos estands, los expositores mostraron sus diferentes variedades de semillas nativas, principalmente de maíz, plantas medicinales, frutas y hortalizas de la región. Otros expositores comercializaron productos elaborados a base de amaranto, trigo y haba; además, se tuvo un espacio de degustaciones de diversos platillos a base maíz. Los asistentes apreciaron la diversidad biológica y realizaron un intercambio de la misma con el propósito de ampliar las bases de conservación de las variedades nativas de maíz y frijol como cultivos importantes en la dieta familiar.
Los productores y exponentes expresaron su satisfacción por la realización de la Segunda Feria de la Agrobiodiversidad, ya que señalaron que a través de este tipo de actividades se promueve la participación de las familias campesinas y el intercambio de semillas nativas y criollas como métodos para la conservación de la biodiversidad genética y la mejora de la alimentación sana y nutritiva.