Texcoco, Edo. Méx.- Los mercados de producción y consumo de alimentos funcionan a través de mecánicas complejas, a menudo impredecibles. El enfoque de abastecimiento responsable nos permite aportar certidumbre, promover ganancias justas para todos los actores y asegurar el aprovechamiento sustentable de los recursos. México forma parte de cadenas de suministro globales y lo seguirá haciendo durante las próximas décadas.
En años recientes, diversas noticias vinculadas a algunas cadenas de suministro han causado cuestionamientos por parte de algunos sectores de la población. Deforestación, especies amenazadas, sobreexplotación de los recursos naturales, contaminación ambiental e incluso pauperización y explotación humanas figuran entre esas noticias. Es evidente que necesitamos más información sobre las medidas y las mejores prácticas que empresas líderes ya están implementando.
¿Cómo pueden los consumidores estar seguros de que los productos que adquieren se produjeron de una manera ambiental y socialmente responsable? Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esta cuestión se convirtió en uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que promueve: garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
Para lograr lo anterior, la ONU pide a sus países miembros alentar a las empresas —en especial a las grandes empresas y a las transnacionales— a que adopten prácticas sostenibles. El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), sus colaboradores, los productores de sus redes de innovación y sus aliados de la agroindustria han trabajado al respecto en años recientes.
El nuevo eje de los agronegocios debe ser la sustentabilidad. La producción de grandes volúmenes —necesarios para abastecer a la población creciente— ya no es suficiente. La nutrición, la conservación del medioambiente, la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y las relaciones comerciales justas e inclusivas son también importantes.
Producir sustentablemente beneficia a todos. Así, el abastecimiento responsable adquiere particular relevancia. Aunque no es un concepto nuevo, el CIMMYT y sus aliados lo están convirtiendo en procesos reales y prácticos; la compra local y la producción sustentable son los elementos centrales de los proyectos de abastecimiento responsable.
Además, estos proyectos no operan con donaciones, sino que se trata de inversiones. Este aspecto es fundamental porque significa que las empresas participantes están convencidas de que la producción sustentable sí es rentable. Para los productores que cultivan de forma sustentable, esto representa mayores oportunidades de acceder a mercados o fortalecer su integración a los mismos, consiguiendo —en ocasiones— mayores ingresos gracias a la adopción de prácticas de Agricultura Sustentable.
Algunos de esos proyectos se enfocan en el desarrollo local y la integración de la cadena de valor; tal es el caso del proyecto con Nestlé. Otros impulsan el desarrollo rural y la vinculación inclusiva de productores con los mercados, como el proyecto de Walmart Foundation o el trabajo que se realiza con los productores en Yucatán gracias a la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM) y Fomento Social Banamex (FSB).
Hay proyectos, como el de la Compañía Kellogg, que tienen requerimientos muy específicos en términos de calidad y un interés manifiesto por comprender los impactos medioambientales de la producción agrícola y cómo aportar certidumbre al productor en la proyección de sus ingresos. Y también están los de integración comercial, como los que se impulsan con Grupo Bimbo y Cargill, orientados a validar y escalar considerablemente prácticas de Agricultura Sustentable en diversas regiones del país.
La rentabilidad económica, sin embargo, no es el mayor beneficio de estos proyectos, pero sí lo es el hecho de que a través de ellos se fomenta el cambio de mentalidad que se requiere para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Miguel Ortiz —quien participa en el proyecto de Grupo Bimbo— comenta: “nosotros creemos que en el futuro el consumidor sí va a preferir lo que se produce de esta manera, porque así cuidamos el medioambiente, el suelo y a las personas que van a consumir los productos”.
Con esta somera descripción de los proyectos de abastecimiento responsable, agradecemos a todas las instituciones, organizaciones y personas que hicieron posible la operación de estos durante el año que concluye. A todos les deseamos felices fiestas y esperamos contar nuevamente con su entusiasmo y compromiso en 2020 para hacer de la Agricultura Sustentable el motor del crecimiento económico y sociocultural de nuestras comunidades y nuestro país. ¡Enhorabuena!