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Acceso a mejores prácticas agrícolas es un acto de justicia social

La labranza convencional en la Sierra Norte de Puebla demanda un gran número de jornales, lo cual incrementa los costos de producción en un contexto donde además persiste la migración y el abandono del campo. La Agricultura de Conservación brinda una esperanza.

Por: Juan Espidio BalbuenaResponsable técnico y científico de la plataforma de investigación Cuautempan, Puebla
15 de febrero de 2021
La línea entre la transmisión de conocimientos y el trabajo infantil es muy delgada. Con Agricultura Sustentable es posible contribuir a la generación de tiempo para promover una convivencia familiar de mayor calidad, sin que medien las actividades productivas.

Cuautempan, Pue.- “Hace falta mano de obra”. Esta, es una expresión común en diversas regiones del país. En la Sierra Norte de Puebla se escucha constantemente porque, en su búsqueda por lograr mejores condiciones de vida, los jóvenes y los adultos jóvenes optan cada vez más por migrar a las ciudades o al extranjero para trabajar en diversas actividades (la construcción, servicio doméstico u otras).

Hay muchos factores que propician la migración y el abandono del campo, entre los relacionados específicamente con los sistemas de producción se encuentran la baja productividad asociada a la degradación de las tierras (producto de años de prácticas agrícolas inadecuadas) y la falta de acceso a información y capacitación sobre mejores prácticas agrícolas, particularmente sobre opciones para disminuir los costos de producción.

“Casi todo se va en preparar el suelo, se pagan muchos jornales”, también es una expresión común en Cuautempan y Tetela de Ocampo, municipios donde predomina la labranza convencional y cuyas actividades manuales demandan una gran cantidad de jornales.

Para brindar a los productores locales alternativas que les permitan equilibrar la dinámica económica de sus sistemas de producción, en la plataforma de investigación Cuautempam, Puebla, se hizo un análisis comparativo de jornales necesarios para una producción manual  (labranza convencional con movimiento excesivo del suelo) y una producción basada en la Agricultura de Conservación (con mínima labranza).

De acuerdo con los registros históricos de la plataforma, los costos de producción del sistema de labranza convencional (con actividades completamente manuales) van de los $20,000 a los $25,000 en promedio. De estos, entre el 81% y el 86% se destina a pago de jornales. En contraste, los costos de la Agricultura de Conservación van de los $13,000 a los $17,000 en promedio, destinándose entre un 58% y 70% al pago de jornales. 

Si se considera que para un ciclo productivo son necesarios alrededor de 152 jornales para los tratamientos de labranza convencional, mientras que para los tratamientos con Agricultura de Conservación bastan 74 jornales en promedio; significa que con el sistema sustentable a penas se requiere un poco menos de la mitad de jornales con respecto a los necesarios para un sistema de labranza convencional. 

Al reducir la necesidad de jornales, la Agricultura de Conservación es un modelo de producción que permite ahorrar costos y tiempos (y que incluso ha permitido obtener un mayor volumen de producción de grano en la zona), favoreciendo las condiciones para que la agricultura sea más rentable para los pequeños productores y así encuentren en ella un estímulo para permanecer en sus comunidades. 

Por supuesto, existen muchos factores relacionados con la migración y el abandono del campo, pero el acceso a información y capacitación sobre mejores prácticas agrícolas es un acto de justicia social indispensable para la consecución y el mantenimiento de la paz y el tejido social. En el marco del Día Mundial de la Justicia Social (20 de febrero), resultados como los de la plataforma de investigación Cuautempan contribuyen a una #AgriculturaParaLaPaz.

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