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Agricultura Sustentable alienta producción de maíz blanco

Productores del Valle del Mezquital implementan una agricultura amigable con el ambiente que también tiene beneficios en su economía.

Por: José Luis Olín MartínezDivulgación-CIMMYT
10 de agosto de 2020

Hidalgo.- Agricultores de Hidalgo elevan su producción de maíz blanco en forma sustentable con asesoría del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A través de prácticas amigables con el ambiente también han logrado ahorros que les permiten mejorar sus ingresos por la venta del grano a Grupo Bimbo.

Bassani Torres Hernández es uno de los productores que participa en el proyecto llamado Maíz Sustentable —impulsado por grupo Bimbo, Cargill y el CIMMYT—, que se desarrolla en el Valle del Mezquital. Con más de una década trabajando en el campo, reconoce que cada año es más difícil cultivar maíz.

“El panorama es complicado, el clima está cambiando mucho y el precio de los insumos es más alto cada día. El trabajo que Grupo Bimbo, Cargill y el CIMMYT nos invitan a hacer es alentador; hay beneficios por hacer Agricultura Sustentable, además se gasta menos”.

En su transición hacia una agricultura amigable con el planeta, este productor aumentó sus rendimientos promedio a 13 toneladas por hectárea, en dos años. Anteriormente, si la temporada era buena, cosechaba como máximo 11 toneladas, pero esto no era una constante.

Otro de sus logros es avanzar en los grados de sustentabilidad del proyecto (que se miden en una escala de tres). Por el manejo de rastrojo, mejoras en el manejo de la nutrición del cultivo y el manejo de plagas y enfermedades que realizó en 2019 recibió una bonificación de $8,400, aproximadamente. Este año ha implementado el mínimo movimiento del suelo, por lo que espera tener considerables ahorros en sus costos de producción.

El sistema agrícola que este productor comienza a practicar tiene como base la Agricultura de Conservación, cuyos principios básicos son la mínima labranza, el uso de residuos agrícolas (rastrojo) para cubrir el suelo y la diversificación de cultivos.

Torres Hernández reconoce que ahora gasta menos en diésel porque siembra y fertiliza al mismo tiempo y ya no necesita barbechar. Las mejoras en el manejo de la fertilidad del cultivo y de control de plagas también han tenido un efecto positivo en el bolsillo del productor.

En el esquema agrícola convencional, fertilizaba dos veces; hoy lo hace únicamente una al momento de la siembra. La decisión de reducir el número de fertilizaciones se tomó con base en un análisis de suelo.

En cuanto al manejo de plagas, en el pasado aplicaba insecticidas cuando notaba la presencia de unos cuantos insectos, ahora lo hace solo si la población es suficientemente grande para ocasionar daños severos al cultivo. Para determinar el riesgo por plagas, monitorea sus parcelas en forma permanente.

Durante el último ciclo agrícola, detectó la presencia de plagas como la araña roja (Tetranychus urticae), el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) y la diabrótica (Diabrotica virgifera zeae); solo usó agentes químicos para controlar a las últimas dos. En el proceso se utilizaron insecticidas específicos para cada población y que no afectan a otros organismos, los cuales pueden tener un efecto positivo en el suelo o el cultivo. Los agentes químicos usados tienen un bajo impacto ambiental para evitar riesgos a la salud del productor y la acumulación de residuos en el grano.

En el corto plazo, el productor trabajará para reducir aún más el uso de productos químicos. Esto será posible cuando restaure el equilibrio en las poblaciones de insectos. Todas las plagas tienen enemigos naturales que pueden depredarlos y mantenerlos bajo control.

 

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