Calakmul, Camp.- Para los productores de Calakmul, Campeche, las semillas nativas, o criollas, están en estrecha relación con sus creencias y costumbres. Muchos de ellos, pertenecientes a comunidades mayas, valoran la existencia de estas semillas más allá de la producción. Desafortunadamente, Calakmul carece de un sistema de resguardo y reproducción de semillas nativas que les permita a los agricultores disponer de semilla de calidad, en los volúmenes requeridos y en los tiempos oportunos para la siembra.
Y es que, a pesar de que en Calakmul existe una gran diversidad de semillas nativas de maíz, frijol, calabaza y chile, los diferentes diagnósticos y estudios revelan que las familias tienen dificultades para disponer de ellas. Las consiguen, dicen, “donde pueden y como pueden”, ya sean prestadas o compradas, no importando la variedad y la calidad. Consecuentemente, esto reduce la productividad e implica riesgo de pérdida, degeneración y contaminación de las variedades.
Las casas o bancos de semillas representan una oportunidad para el rescate de la diversidad genética de las semillas nativas, así como para la preservación de los conocimientos y saberes locales, costumbres, gastronomía y otros valores sociales que son importantes para la identidad cultural de los productores de la región.
En este sentido, durante noviembre y diciembre de 2021, en una acción impulsada por Fondo para la Paz IAP en la que colabora el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), se impartieron talleres que forman parte del acompañamiento para la planificación y puesta en marcha de dos casas de semillas en Calakmul —una en la zona sur y otra en la zona norte del municipio—.
En los talleres participaron productores de diferentes comunidades que han asumido el rol de promotores guía de la iniciativa, así como otros productores interesados en formar parte del proyecto para el establecimiento de las casas de semillas. Por esta razón, la capacitación abarcó aspectos como funciones, procesos administrativos y técnicos para la conservación de la diversidad genética de las semillas nativas —desde la colecta hasta el manejo de los lotes de semilla recolectada—.
Cabe mencionar que a través de un proyecto financiado por Groundswell e implementado por Fondo para la paz IAP, se ha logrado conseguir el equipo básico para la puesta en marcha de los bancos de semillas y, a través del CIMMYT, los productores se están formando para iniciar sus colectas, registrar y acondicionar las colecciones de semillas y establecer parcelas de regeneración. También el CIMMYT ha contribuido a la conformación de las colecciones mediante donaciones de semillas de leguminosas tradicionales y cultivos alternativos.
Con miras hacia el ciclo agrícola primavera-verano 2022, las casas de semillas tienen la tarea de organizar actividades de intercambio y difusión de las semillas nativas durante los meses de abril y mayo. De igual forma, deberán consensar con los socios los volúmenes a guardar para determinar la disponibilidad de semilla que las casas podrán prestar en dicho ciclo.
Los esfuerzos para establecer casas o bancos de semillas no solo buscan conservar la diversidad genética existente, también implican valiosas experiencias de organización y esfuerzo colectivo para asegurar la disponibilidad de semilla en cantidad y calidad, mejorar las variedades, desarrollar capacidades en manejo poscosecha, enfoques agroecológicos y otras innovaciones que le permiten a los productores incrementar sus rendimientos y, consecuentemente, mejorar la seguridad alimentaria de sus familias.