Salamanca, Gto.- “Logramos un ahorro muy grande que me beneficia en la parte económica”, comenta uno de los productores de trigo que participan en el proyecto Agriba Sustentable, una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Que los productores reconozcan los beneficios de las prácticas sustentables enfocadas al aumento de la rentabilidad a través de la alta productividad, pero cuidando el medioambiente, es fundamental para que más productores conozcan y adopten prácticas de Agricultura de Conservación, sistema que se promueve en el marco del proyecto.
Un punto clave de este sistema de producción es dejar el rastrojo como cobertura del suelo. Esto disminuye de manera muy significativa la emergencia de malezas (y, consecuentemente, la aplicación de herbicidas), el impacto ecológico por el uso de agroquímicos, así como el costo por la adquisición de estos, dando como resultado un efecto en cadena que beneficia al suelo, al ambiente, al productor y, por ende, a los consumidores (además de mejoran la productividad del suelo, a través de aumento de materia orgánica, conservación de agua y mejora la estructura).
El proyecto contempla el muestreo de suelos y la posterior interpretación de los análisis de suelo a fin de desarrollar una estrategia de fertilidad integral con las fuentes y dosis de fertilizante adecuadas, aplicadas de la forma más adecuada y en el momento más oportuno.
A través de este proyecto, por ejemplo, se fomenta la fertilización enterrada que, en trigo, permite alcanzar hasta un 70% en la eficiencia de aplicación de fertilizantes nitrogenados. Lo anterior es importante porque cultivos como el trigo solo absorben entre 30 y 40% del fertilizante nitrogenado cuando se aplica de manera convencional. El resto se pierde, ocasionando pérdidas económicas y contaminación ambiental.
Por lo anterior, enterrar el fertilizante con la ayuda de discos cortadores es una de las prácticas que más ha llamado la atención de los productores. Genaro Celedón, uno de ellos, comentó al observar el funcionamiento de los discos cortadores de rastrojo: “yo pensaba que los discos podrían dañar el trigo, pero los discos no le hicieron nada cuando se fertilizó de manera enterrada”.
Por supuesto, aún hay mucho por hacer: “debido al reciente aumento de los fertilizantes varios productores de la zona optaron por disminuir el número de hectáreas a sembrar en este ciclo y en algunos casos, de plano mejor no sembraron¨ comenta como el productor Luis Cerón.
Lo anterior pone de relieve la pertinencia del proyecto y cómo este está rompiendo paradigmas del sistema de producción convencional, posicionándose en las comunidades de Cárdenas, La Tinaja y Los Lobos, en Salamanca, Guanajuato, como una opción para que los productores de trigo de la zona incrementen su rentabilidad.