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Cultivos multipropósito

Seguridad alimentaria, acceso a mercados, regeneración de suelos degradados y adaptación al cambio climático son algunos de los aspectos donde la diversificación de cultivos puede ser un gran aliado. 

Por: Divulgación-CIMMYT
26 de abril de 2021

Campeche, Camp.- Marcial Ortega es un agricultor de la localidad de Uayamón, perteneciente al municipio de Campeche, en el estado del mismo nombre. Su dinamismo es el reflejo de su enorme voluntad de aprender: “Vinieron aquí unos ingenieros y me pidieron permiso para hacer unos experimentos con semillas y yo les dije que sí, que por mí no hay problema porque hay que aprender. Como dicen, unos aprendemos de otros. Yo aprendo de ellos y tal vez ellos aprendan un poco de mí”, comenta el agricultor.

“Con don Marcial establecimos una parcela-ensayo donde estamos validando diferentes cultivos y genotipos de leguminosas y oleaginosas para conocer su ciclo de crecimiento, su fenología, a los cuántos días están en floración y a partir de la floración cuántos días tardamos para la cosecha. Esta información nos va a permitir saber el desempeño de estos cultivos bajo las condiciones de temporal en esta región”, comenta Eugenio Telles, coordinador técnico del Hub Península de Yucatán del CIMMYT. 

La estrategia de diversificación de cultivos que promueve el proyecto tiene un sustento científico. Junto con don Marcial, por ejemplo, ha trabajado el doctor Ravi Gopal Singh, investigador del CIMMYT quien es especialista en cultivos alternativos y manejo de malezas. Diversas innovaciones derivadas de estas investigaciones hoy son replicadas por los agricultores.

Estos trabajos nos van a permitir tener datos, información de cultivos alternativos que pueden ser útiles para la región, como el chícharo gandul, el frijol mungo, la linaza, la lenteja y cultivos de cobertura como la crotalaria. Esto forma parte del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche que impulsan Walmart Foundation y el CIMMYT”, menciona el coordinador técnico del Hub Península de Yucatán. 

La diversificación de cultivos es un catalizador de diversos efectos positivos: permite hacer más rentable las parcelas de los productores y fortalecer la seguridad alimentaria de sus familias, además de acceder a mercados para comercializar sus excedentes. El fortalecimiento de la agrobiodiversidad, adicionalmente, les permite a los productores afrontar el cambio climático y adaptarse a sus efectos, como las sequías prolongadas o las lluvias cada vez más erráticas. 

Estos cultivos se establecieron solamente con la humedad residual. Es decir, con escasos 80 o 100 milímetros de agua estos cultivos van a desarrollar su ciclo, muchos de ellos van a terminarlo muy favorablemente hasta la producción y otros, si bien no alcanzarán a tener un alto nivel productivo, nos permitirán observar otros beneficios que nos interesan como la cobertura del suelo y el favorecimiento de la fertilidad con la fijación de nitrógeno que aportan las leguminosas”, refiere Eugenio Telles. 

Algo fundamental de esta iniciativa es que los agricultores desarrollan capacidades para que los beneficios de las prácticas agrícolas sustentables perduren: “Lo que antes llamábamos basura ahora le llamamos rastrojo y ahora sabemos que es muy benéfico. Nos ayuda bastante, ¿por qué?, porque ahí tenemos fertilizante y control de malezas y la raíz de estos cultivos nuevos afloja los terrenos que están muy compactados. Esto es muy bueno ahora que los fertilizantes están muy caros; con esto nos ahorramos un quinto más y no usamos productos químicos que nos están contaminando. Con esto nosotros podemos hacer nacer nuevamente nuestra tierra. Además, tenemos una producción bastante buena sin lluvia, nada más con poca de humedad que hay”, comenda don Marcial. 

Los nuevos cultivos se evalúan para brindar a los productores recomendaciones puntuales sobre su manejo. Además, se seleccionan solo aquellos más pertinentes para cada zona: “Aquí estamos validando chícharos de ciclo corto que cuya floración inicia a los 130 días y chícharos de ciclo largo que lo hacen a los 160 o 170 días. Nos permiten hacer un excelente control de malezas y representan una buena opción si quisiéramos asociar, intercalar, poner barreras, rotar. Además de ser comestible, la planta también puede ser un buen forraje y atrae insectos benéficos que pueden ser aliados en el Manejo Agroecológico de Plagas”, menciona Eugenio Telles. 

Sobre el manejo de plagas, el productor comenta: “Para mí este es un experimento excelente porque con estos cultivos estamos reiniciando la tierra como debe ser, sin químicos. Lo mismo ocurre allá con el girasol y la linaza que han sido muy buenos porque nos ayudan con el control de malezas y sus flores también nos ayudan bastante para los insectos benéficos porque ahora hay más”. 

Por supuesto, el aspecto nutricional también es fundamental. Sobre esto, el coordinador técnico del Hub Península de Yucatán del CIMMYT comenta: “el frijol mungo, por ejemplo, es un frijol de muy rápido crecimiento que en las diferentes parcelas con productores hemos visto que tiene una excelente adaptación, un buen crecimiento que ha permitido tener dos ciclos y obtener un producto muy nutritivo para las familias”. 

Así, con la implementación de nuevos cultivos, pertinentes para cada zona agroecológica y para cada comunidad y productor, se favorecen también cambios sociales y ambientales que sirven como ejemplo de que, desde el campo, es posible impulsar transformaciones más amplias. 

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