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El Proyecto de Innovación Agrícola Sustentable Chihuahua promueve la AC a través de la capacitación a productores de Guachochi

Por: Divulgación-CIMMYT
22 de mayo de 2018

Gracias a la intervención del equipo de colaboradores del Proyecto de Innovación Agrícola Sustentable Chihuahua, será posible que más productores del estado adopten la AC para que innoven sus sistemas productivos, logren la seguridad alimentaria en la región y mejoren su calidad de vida.

 

Por: Divulgación-CIMMYT.

 

GuachochiGuachochi, Chih.- El 22 de mayo se llevó a cabo, en el marco del Proyecto de Innovación Agrícola Sustentable Chihuahua, un curso específico a productores de Guachochi, con el objetivo de brindar conocimiento y recomendaciones para iniciar la implementación de prácticas de Agricultura de Conservación (AC) en sus parcelas y establecer un diálogo que permita conocer las problemáticas y necesidades de la región para brindar apoyo mediante la intervención de los técnicos y colaboradores de dicho proyecto.

 

El curso se realizó en el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario núm. 170, en Guachochi, con la participación de Odette Gutiérrez, coordinadora de cursos específicos-Unidad de Capacitación SIP; Nehemías Buitimea y Omar Domínguez, coordinadores técnicos del Hub Pacífico Norte del CIMMYT; y Joel Alcalá, Reginaldo Loya, Jesús Cruz e Isael Arteaga, técnicos consultores en el estado. En la capacitación participaron productores que ya han entrado en contacto con la Agricultura de Conservación por medio del acompañamiento de los técnicos que trabajan con las comunidades de la región de la sierra tarahumara con el programa de PESA, en su mayoría indígenas, y de algunos productores mestizos de autoconsumo que son colaboradores del Proyecto de Innovación Agrícola Sustentable Chihuahua. Los productores que asistieron son mestizos, algunos de los cuales ya tienen módulos de AC o poscosecha; la mayoría son de autoconsumo, con menos de tres hectáreas de cultivo, en donde siembran principalmente maíz, frijol y avena.

 

El ponente del curso fue el doctor Patrick Wall, exdirector del Programa de Agricultura de Conservación, quien compartió con los asistentes experiencias de éxito con la implementación de AC en diferentes partes del mundo en donde el CIMMYT ha impulsado prácticas agrícolas sustentables para mejorar los suelos, la fertilidad y la productividad.

 

Durante la capacitación, se brindó información a los productores sobre los efectos de la labranza en la estabilidad del suelo, los problemas de pulverización que se derivan de esta actividad, los problemas de compactación y su influencia en la tasa de infiltración, la pérdida de agua y el insuficiente aporte (retorno) de materia orgánica, de tal forma que los asistentes pudieron visualizar las implicaciones de realizar labranza convencional y sus efectos sobre la rentabilidad de los suelos en la región. Los asistentes comprendieron que para lograr una Agricultura de Conservación es necesario dejar de lado estas prácticas y trabajar de forma continua con el acompañamiento técnico del proyecto para desarrollar un plan para comenzar la adopción de la AC en sus parcelas.

 

El productor Eugenio Chaparro Armendáriz, de la comunidad de Napuchi, en Guachochi, compartió durante el taller sus experiencias y sus inquietudes sobre la AC, ya que empezó a realizar manejo de rastrojos porque ha comprendido la importancia de aportar materia orgánica a su suelo. Sin embargo, aún tiene algunas necesidades para adoptar los principios de la AC y conservar sus suelos, hacer frente a la sequía y mejorar la fertilidad, por tal motivo, aceptó la invitación de los facilitadores de Acorem y comenta que va a seguir trabajando para lograr resultados como los que pudo observar durante la capacitación, en sus palabras: “Mi vida ha sido el campo. De ahí es mi sustento; me gusta. Con la Agricultura de Conservación puedo mejorarlo y también algunos que apliquen esto. Puedo mejorar mucho”.

 

Así mismo, el productor Saturnino Bustillos, del ejido Guazarachi, municipio de Balleza, también mostró gran interés por la información presentada y comentó que, aunque ya había asistido a varias pláticas sobre el tema, no se había decidido a implementar la Agricultura de Conservación en sus parcelas. Pero después de asistir a la capacitación y escuchar la presentación del doctor Patrick Wall, se ha convencido de que es posible mejorar, ya que con la agricultura convencional se invierte mucho dinero para poder levantar la cosecha, ya sea en fertilizantes, insumos o mano de obra. Comenta que incluso los indígenas han migrado a otros municipios como Camargo, Jiménez y Delicias, donde les pagan mejor porque allá hay otras condiciones para la agricultura o para realizar otras actividades, pero considera que podrían regresar a trabajar el campo de la región, pues con las estrategias que propone la Agricultura de Conservación se muestra que es posible disminuir los costos de fertilización y labores de labranza y mejorar la fertilidad de los suelos.

 

Al terminar la capacitación, el equipo responsable y los productores se dirigieron a la comunidad La Laja, municipio de Balleza, conformada en su totalidad por productores indígenas rarámuris, cuya producción se destina al autoconsumo y cuyos cultivos principales son maíz, frijol y papa. En esta comunidad ya se tiene un módulo de Agricultura de Conservación del Proyecto de Innovación Agrícola Sustentable Chihuahua. Los asistentes a la capacitación compartieron experiencias con la productora Julia Rubí Cruz —que ya realiza manejo de rastrojos y rotación de cultivos— y con la productora Carolina Cruz Lebrija, quienes ya han empezado a trabajar con los colaboradores del proyecto.

 

La capacitación abordó conceptos e información específica de los componentes agronómicos que acompañan a las prácticas de Agricultura de Conservación, como la fertilización adecuada; la integración de variedades productivas; el manejo integral y eficiente de plagas, malezas y enfermedades; la siembra en la época oportuna; y el uso de buena semilla para obtener una población óptima de plantas, entre otros, que a largo plazo derivarán en un sistema confiable, resiliente y productivo. Gracias a la intervención del equipo de colaboradores de este proyecto, será posible que más productores del estado cambien de mentalidad para que innoven sus sistemas productivos, logren la seguridad alimentaria en la región y mejoren su calidad de vida.

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