Tlaxiaco, Oax.- Emiliano Melchor Ayala es un productor agrícola originario de Yutenino Cuquila, en el municipio de Tlaxiaco, Oaxaca. En sus parcelas cultiva maíz, haba, alverjón, frijol negro y frijol rojo. Esta diversidad las distingue de muchas otras parcelas de la zona, en las cuales la práctica convencional es cultivar únicamente maíz.
“El campo es un albur. A veces no llueve bien; se nos retrasa la siembra; caen plagas; y si se siembra una sola cosa, pues deja de ser rentable. Estos terrenos quedaron abandonados por años. Este mismo terreno en el que estamos lo tenía ocioso; nada más pastaban los animales. Como productores, muchas veces no manejamos bien el suelo y después nos quejamos de que no tenemos nada para consumir”, comentó don Emiliano.
Este productor participa en el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, que es impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A través de este proyecto se fomenta la diversificación de cultivos, una práctica con muchos beneficios tanto para la economía de las familias productoras como para el medioambiente.
“El alverjón y el frijol negro sueltan muchas hojitas, y eso es bueno para el suelo: lo beneficia. Aquí anteriormente teníamos muchas hierbas muy altas, y ahorita se han controlado porque ya no solo tenemos maíz, sino además leguminosas. También arreglamos esta parcela que está en loma porque el suelo se perdía. Las terrazas y estos cultivos son recomendaciones de los técnicos del CIMMYT que nos están asesorando. Con esta nueva idea tenemos más para el consumo de la familia”, explicó el productor.
Misael Melchor Velasco, el técnico certificado en Agricultura Sustentable que le ha brindado acompañamiento técnico a don Emiliano, señaló que en estas parcelas se evalúan diversos materiales proporcionados por el CIMMYT y funcionan como módulos demostrativos para que otros productores conozcan los beneficios de adoptar prácticas agronómicas sustentables. “En estas parcelas conservamos un área testigo, donde se sigue practicando el monocultivo de maíz y se mueve continuamente el suelo. Los beneficios de no mover el suelo, cubrirlo e introducir leguminosas son muy evidentes tanto en el control de malezas como en la economía del productor”, mencionó Misael.
“Las ventajas también están en la parte económica, porque el precio del frijol aquí en la zona lo vuelve un cultivo rentable. Hay años en que los fenómenos climatológicos son severos y causan fuertes daños. Si se tiene solo maíz y cae una granizada, entonces se daña todo el cultivo; pasa lo mismo si cae alguna enfermedad. Lo que se busca es que los productores tengan otras alternativas. El alverjón, por ejemplo, no ha presentado problemas de enfermedades o plagas; además, de ese cultivo se consumen la guía, la vaina como si fuera una verdura y —por supuesto— el producto final en seco”, señaló el técnico.
Para don Emiliano, el proyecto es una gran idea que debe propagarse: “algunos se acercan, y es lo que queremos, que otros le den buen uso al suelo. Yo le agradezco a los técnicos y al proyecto porque nos traen una buena idea, solo que a veces los campesinos nos aferramos a nuestras formas de siembra y nos cerramos a otras. Por eso recomiendo que trabajemos conjuntamente, porque puede haber muchas buenas ideas, pero si nosotros como productores no las aceptamos, no se puede hacer nada”.