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El rastrojo, una oportunidad para recuperar la fertilidad de los suelos

En la región Ciénega, en Jalisco, los productores apuestan por recuperar la fertilidad de los suelos a través del manejo de rastrojos.

Por: Xochicentli AC y Divulgación-CIMMYT
17 de febrero de 2020

Jalisco.- En la región Ciénega, en Jalisco, es poco común que el rastrojo (residuo que queda en la parcela después de la cosecha) de maíz sea incorporado con intención de mejorar el suelo; generalmente, se empaca y destina a la alimentación del ganado, sobre todo en épocas de estiaje. Por otro lado, los residuos del trigo comúnmente se queman para iniciar la preparación de la tierra del siguiente ciclo agrícola, lo que además de ocasionar pérdida de organismos benéficos, materia orgánica y nutrientes del suelo, contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero.

Como parte de la colaboración entre Xochicentli AC y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través del Hub Bajío—, se promueve la Agricultura de Conservación (sistema en que el manejo de los rastrojos juega un papel importante) como alternativa para evitar prácticas de la agricultura convencional que degradan los suelos.

Se estima que los cereales son los cultivos que generan la mayor cantidad de rastrojos. El cultivo de maíz, en particular, genera grandes volúmenes.

En Agricultura de Conservación los rastrojos se emplean como mejoradores de suelo al dejarlos como cobertura. Esta práctica disminuye el efecto de la erosión, conserva la humedad del suelo y contribuye a controlar malezas. Y también brinda a las personas dedicadas a la producción agrícola la oportunidad de incrementar a mediano plazo el contenido de materia orgánica del suelo y hacerlo más fértil (al devolverle parte de los elementos que son extraídos por los cultivos). Por esto, la recomendación es dejar al menos 30% de los residuos de cosecha como cobertura.

Gracias al manejo de rastrojos y la difusión de diversas prácticas sustentables —a través de la infraestructura del Hub Bajío en la región—, las productoras y los productores pueden observar cambios positivos tanto en el suelo como en los cultivos. Asimismo, concuerdan en que el sistema genera ahorros por evitar los pasos de maquinaria (necesarios en el sistema convencional) y por la disminución de herbicidas (de tres a una sola aplicación), además de los beneficios que esto conlleva para la salud y el ambiente.

En el caso del trigo, también se observa una disminución en el volumen de agua y el tiempo invertido en el riego: para regar 1.5 hectáreas se tardan aproximadamente dos días bajo el sistema convencional, pero este tiempo se ha reducido a un solo día con Agricultura de Conservación. Además, comentan que —debido a la presencia del rastrojo— se conserva la humedad por más tiempo en la parcela.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

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