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Guanajuato, innovación agrícola continua

La implementación de algunas prácticas sustentables observadas en una plataforma de investigación de MasAgro Guanajuato ha permitido mejorar la producción en estas parcelas dedicadas al cultivo de trigo.

Por: Alejandro Bravo Cortés
21 de febrero de 2022

Purísima del Rincón, Gto.- Ramón Ramírez Aguilar es un productor de trigo de Dolores de Purísima del Rincón, Guanajuato. Siempre en la búsqueda de innovar y de hacer más rentable su actividad agrícola, Ramón encontró en la Agricultura de Conservación una alternativa para disminuir costos de producción sin afectar rendimientos y, actualmente, ha hecho algunas adecuaciones al sistema de producción que le han funcionado bien. 

La Agricultura de Conservación es un sistema sustentable ya probado —tiene como componentes básicos la cobertura del suelo con rastrojo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos—. Se trata de un sistema con soporte científico que, por sus resultados competitivos, es el eje fundamental de las tecnologías promovidas por MasAgro Guanajuato, programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

Fue precisamente en una plataforma de investigación de MasAgro Guanajuato donde Ramón observó una práctica que le llamó la atención: en lugar de tener una siembra de trigo con cobertura total como es común en la zona o con seis o siete hileras, se sembró a dos hileras. Un técnico del programa le explicó a Ramón que de esa manera las plantas compiten menos por la luz, los nutrientes y el agua, favoreciendo el rendimiento del trigo. 

A partir de sus propias observaciones, y en conjunto con las sugerencias del técnico, Ramón sembró a dos hileras en camas de 1.60 metros en el nuevo ciclo. De esta manera, además, la fertilización enterrada se puede hacer aún más eficiente —hecho muy conveniente ahora en que el costo de los fertilizantes es muy alto— y se favorece que el cultivo no se “acame” —cuando las plantas se “recuestan” o se “tienden” hacia el suelo— debido a que esta forma de sembrar permite la circulación del aire entre plantas.

Al inicio, comenta Alejandro Bravo Cortés —el técnico que asesora a Ramón—, al productor le preocupaba que con dos hileras el rendimiento final del trigo disminuyera, pero esto no ocurrió. Por el contrario, los resultados le mostraron al productor que el rendimiento se incrementa y que adicionalmente ahorra en semilla pues, mientras que en la zona es muy común que se siembren 200 kilogramos de semilla por hectárea, con esta práctica solo se utilizan 120 kilogramos de semilla para la misma superficie.

Cabe mencionar que Ramón usa semillas evaluadas e identificadas con alto potencial productivo para El Bajío —Alondra (la que usa el productor), Faisán y Cisne han mostrado los mejores rendimientos— que además han mostrado resistencia a enfermedades como la roya. Este beneficio se suma a una menor incidencia de malezas debido a que el rastrojo que se deja como cobertura impide el desarrollo de las malas hierbas. Esto se traduce en que Ramón no aplicará herbicidas, beneficiando a su bolsillo y al medioambiente. 

También es importante señalar que la fertilización realizada en la parcela de Ramón corresponde a las necesidades que indica el mapeo de fertilidad de suelos de la zona elaborado a través de una estrategia de fertilidad integral a partir del programa. Además, una fertilización adecuada le ayuda a Ramón a lograr que el nivel de proteína del trigo que cultiva sea elevado y reciba así una bonificación por la calidad de su grano al momento de venderlo.

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