Por: Helios Escobedo Cruz, Carlos de la Torre Martínez, Celeste Alvarado Alonso, César E. García Mora, Emma Castolo Calderón. Red_InnovAC.
Noviembre de 2016.
Michoacán.- En 2013 se presentó el llamado pulgón amarillo del sorgo (Melanaphis sacchari) en el norte de México. En Michoacán se tuvieron los primeros registros en 2015 con importantes devastaciones en grandes superficies de cultivo; en 2016 la plaga se presentó con menor incidencia, por lo que se han buscado diferentes alternativas de manejo agroecológico, pues existen herramientas adecuadas para estabilizar al insecto sin llegar al uso excesivo de agrotóxicos, tal como se ha hecho convencionalmente, sin tomar en cuenta el peligro que deriva de su uso y el daño que ocasiona al medio ambiente, a organismos benéficos nativos y a la salud del ser humano.
Una de las prácticas fundamentales en el manejo de dicha plaga es la Agricultura de Conservación (AC), la cual se basa en los principios de mínimo movimiento de suelo, dejar los residuos del cultivo anterior de 30 a 100% (dependiendo la zona) y la diversificación de cultivos rentables en la región.
Mediante este sistema podemos mantener la biodiversidad nativa, los enemigos naturales localizados en la región del Valle Morelia-Queréndaro (imagen 1), donde se tienen parcelas en el sistema con un periodo de 4 a 10 años transfiriendo tecnologías basadas en prácticas sustentables.
Para lograr mantener los residuos de sorgo como cobertura sin realizar prácticas de quema del esquilmo es necesario conocer los manejos adecuados, además de que debe comunicarse el valor de la soca en la ganadería y la importancia en el mejoramiento de suelos, entre otras, así como la zona climatológica en la que se encuentra el predio, la disponibilidad de maquinaria y a la plaga misma.
Este tipo de insectos no se hospeda en residuos ni materia seca, ya que siempre busca hospederos que le suministren alimento (savia), pues de lo contrario emigrará a lugares que le den las condiciones óptimas de sobrevivencia. Por tal motivo, el manejo adecuado de la soca que se recomienda es el siguiente: al momento de cosechar se debe realizar con un corte bajo, posteriormente un desvare o desmenuce para estimular el rebrote; posterior a esa práctica, la aplicación de herbicida sistémico cuando estén los brotes tiernos, con dosis bajas de 1 L ha-1, de manera dirigida, para evitar el crecimiento de brotes.