Valle del Carrizo, Sin.- En el mundo 52% de los suelos cultivables están moderada o severamente afectados por la degradación. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que sistemas como la Agricultura de Conservación ―que potencia la biodiversidad y los procesos biológicos del suelo mediante la mínima labranza, la cobertura con rastrojo y la diversificación de cultivos― contribuyen a prevenir la pérdida de suelos agrícolas y a regenerar los que están degradados.
En México la Agricultura de Conservación es un sistema que aún no se adopta totalmente, pero cada vez gana más adeptos y promotores debido a sus notables efectos positivos para el suelo (y también para la economía de los productores). El ingeniero Luis Rodríguez Ruíz es uno de sus impulsores más entusiastas en el Valle del Carrizo, en Sinaloa. “Empezamos en 2015 con una parcela y un productor. El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) nos prestó una máquina para hacer Agricultura de Conservación, y de ahí le seguimos hasta la actualidad. Hace poco traíamos un programa de 990 hectáreas”, comenta el ingeniero.
Entrevistado a un costado de una parcela de trigo que asesora actualmente, el agrónomo explica que las fuertes lluvias de finales de 2019 complicaron los planes del programa que trabajaba, por lo que fue necesario implementar algunas medidas emergentes: “teníamos contemplado hacer labranza cero [ningún movimiento del suelo], pero se tuvo que hacer labranza reducida porque al momento de pasar con la sembradora batallamos mucho por la humedad, por eso se decidió hacer una escarificada [movimiento ligero y superficial del suelo que, en este caso, ayudó a manejar la humedad, incrementando la evaporación y facilitando la absorción de agua], y así pudimos trabajar bien”.
El asesor técnico describe cómo mejora la estructura del suelo cuando este se mueve lo menos posible, da ejemplos concretos de los buenos resultados que ha obtenido con esta práctica sustentable y asegura que para el presente ciclo agrícola espera obtener nuevamente buenos resultados: “el sistema ha sido bueno en cuanto a productividad: en una parcela tuvimos 5.5 toneladas de trigo por hectárea, y en otros casos, 6 o 6.5 toneladas. Lo más importante es que, disminuyendo labores, no hemos reducido la producción”.
Para Luis Rodríguez, la Agricultura de Conservación ha sido clave para superar las dificultades que eventualmente causan las condiciones climatológicas, y también es el sistema que promueve como parte del movimiento #AgriculturaConCiencia, el cual articula los esfuerzos de productores y diversos actores estratégicos en el norte del país para consolidar una Agricultura Sustentable y de alta productividad. Como él dice: “los productores saben que estamos disponibles para colaborar con ellos, para asesorarlos y que conozcan el sistema”.