Texcoco, Edo. Méx.- ¿Cómo lograr que en el año 2030 dispongamos de alimentos y un medioambiente saludable si el futuro que nos espera, de acuerdo con las proyecciones, no va por ese rumbo? Esta es una de las preguntas que han guiado el proceso a través del cual México y Colombia han visualizado un mejor futuro para el maíz y quienes lo producen. Con miras a generar un consenso para construir ese escenario, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —junto con actores clave del sector agroalimentario de ambos países— ha desarrollado los planes estratégicos Maíz para México y Maíz para Colombia.
En el caso de México, se estima que en el año 2030 habrá un déficit de casi 18 millones de toneladas de maíz, mientras que en Colombia este será de aproximadamente 6 millones de toneladas. Por esto, y desde la heterogeneidad que caracteriza a México y Colombia, los planes estratégicos desarrollados buscan lograr la sustentabilidad, rentabilidad y resiliencia de los sistemas agroalimentarios de ambos países. A través de esto, se puede contribuir a la autosuficiencia en maíz y, consecuentemente, a la soberanía y la seguridad alimentaria.
La experiencia de México con programas como MasAgro y Milpa Sustentable en la Península de Yucatán contribuyó a la generación del plan Maíz para México. Este, a su vez, ha sido el punto de partida para replicar la experiencia de México en el sur del continente a través de Maíz para Colombia (resultado de 18 meses de trabajo), el cual busca facilitar la siembra de un mayor número de hectáreas y atender una parte más grande de la demanda nacional, atacando la volatilidad de precios y generando mejores condiciones para los productores colombianos.
Ambos planes parten de un minucioso análisis situacional del contexto de cada país e incluyen estrategias generales y acciones específicas —a corto, mediano y largo plazo— desarrolladas por especialistas. Maíz para México, por ejemplo, contempla como motores de cambio la adopción de semillas mejoradas, la implementación de sistemas de producción con base en agricultura climáticamente inteligente (CSA, por sus siglas en inglés), la construcción y el fortalecimiento de redes de acompañamiento a la innovación y la vinculación de los productores a mercados.
En México estos motores de cambio ya han dado resultados contundentes. A través de MasAgro, por ejemplo, se han desarrollado y liberado 58 híbridos de maíz, que se han extendido a 25 estados gracias al fortalecimiento de 62 compañías semilleras nacionales; desarrollado capacidades en 500,000 productores —que representan 1.3 millones de hectáreas— gracias al acompañamiento técnico que han recibido; y establecido alianzas para posicionar en el mercado 400,000 toneladas de maíz producido sustentablemente.
En el caso de Maíz para Colombia, además de los cuatro motores de cambio que retoma del caso mexicano, se contempla uno relacionado con la seguridad nutricional. En este aspecto, la introducción de maíz biofortificado está considerada una acción viable y pertinente para beneficiar con alimentos ricos en nutrientes a mujeres gestantes y niños que presentan deficiencia de micronutrientes (te puede interesar Un nuevo maíz blanco, más nutritivo, llega a la zona cafetalera colombiana).
Cabe destacar que los planes estratégicos contemplan las particularidades bioculturales de cada país. En el caso de México, hay acciones específicas para proteger el sistema milpa y los maíces nativos, y en el de Colombia, existen propuestas particulares para articular la producción de maíz con la de café. Por supuesto, todo esto ha sido posible gracias a la colaboración de diversas organizaciones de los ámbitos gubernamental, empresarial, social y académico de ambos países.
En México la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); la fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM); Fomento Social Banamex; y las empresas Kellogg, Nestlé, Bimbo y GRUMA son algunos de los actores clave en la transformación de los sistemas agroalimentarios nacionales. En Colombia, AGROSAVIA, HarvestPlus y la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) están actuando decididamente en ese mismo rumbo.
El papel del CIMMYT en el desarrollo y la puesta en marcha de los planes estratégicos Maíz para México y Maíz para Colombia ha sido y es clave para articular los esfuerzos de los distintos actores participantes e integrar el soporte científico de los planes estratégicos, los cuales pueden ser consultados en los siguientes enlaces: