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MasAgro: producir soluciones pensando en las personas. Un puente entre el presente y el futuro

El futuro de la alimentación global depende de varios factores. Uno de ellos, tal vez de los más sensibles, es el cambio climático. Otro, no menos importante, es el cuidado del medio ambiente y la biodiversidad

Por: Hugo Castellano, consultor en Comunicación.
2 de octubre de 2017.
Por: Divulgación-CIMMYT
28 de noviembre de 2017

Texcoco.- La posibilidad de producir y al mismo tiempo cuidar lo que tenemos. Hacer que la producción agrícola gane no sólo en cantidad, sino en calidad, abriendo oportunidades hoy y a futuro, tanto a agricultores como a consumidores, es un compromiso que involucra a toda la cadena agroalimentaria.

Este compromiso parte de la premisa de ayudar a hacer las cosas bien, pensando en las personas y trabajando de manera continua y eficiente para poder cumplir con una enorme meta: abastecer de alimentos a un mundo que crece a un ritmo vertiginoso, mientras se está condicionado por cambios generales en los resultados productivos, muchas veces a causa de los desajustes provocados por el cambio climático.

Nadie duda de la importancia crucial de alcanzar el objetivo de seguir alimentando a un mundo creciente, hoy y durante las próximas décadas. La pregunta es: ¿cómo lograrlo en un escenario tan complejo? La respuesta no es sencilla, pues esa pregunta debe ser contestada con respuestas claras, no por conjeturas. Esto es, ¿qué se hace, qué cambió y qué mejoró? Así de simple, así de contundente.

La investigación y la ciencia poseen un rol activo y determinante en la evolución humana, pero particularmente en el fortalecimiento y consolidación de esos avances. El lograr mejores condiciones de vida para las personas en todo el mundo tiene estrechamente que ver con el carácter esencialmente eficiente de una actividad en particular, esa actividad es la agricultura. Y esto es así sencillamente porque esta actividad es la llave que permite acceder a alimentos, eje vital del ser humano, y resolver la problemática de cómo seguir produciendo alimentos en condiciones diferentes y, en muchos casos, desfavorables climática y técnicamente.

Los esfuerzos globales ante estas circunstancias no sobran. Se trata de una carrera que no puede tener pausas y que ocupa recursos. El mundo no puede dejar de comer por un rato o por un tiempo. La labor vinculada a la actividad productiva agrícola no tiene descanso, y hallar formas de mejorar esa actividad, tampoco. El objetivo se hace aún más complejo si, además, se persiguen resultados claros, evidentes y probadamente satisfactorios.

En México desde hace más de medio siglo se desarrolla el Programa MasAgro, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo. El trabajo de MasAgro representa una labor integral “para fortalecer la seguridad alimentaria a través de la investigación y el desarrollo, la generación de capacidades y la transferencia de tecnologías al campo para que los pequeños y medianos productores de maíz y de trigo obtengan rendimientos altos y estables, aumenten su ingreso y contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático en México”, como claramente lo menciona la FAO (http://www.fao.org/family-farming/detail/es/c/317878/).

Esto significa mucho más que la planeación a mediano y largo plazo, constituye básicamente un mano a mano con los productores, con una labor ininterrumpida que abarca la investigación y el conocimiento. A simple vista podría decirse que se trata de una acción promisoria, pero los resultados marcan el espesor de ese puente tendido entre la demanda global y lo que el productor necesita para estar mejor y proveer más.

Datos que señalan mediciones de impacto del CIMMYT dan cuenta de que los productores de maíz de temporal bajo este Programa incrementaron la rentabilidad en sus unidades productivas entre 9 y 31%. Más allá del número, el dato refleja un impacto indudable en quien produce —especialmente a escalas pequeñas— y su entorno familiar y social, y la posibilidad de tener mejores rendimientos para una mayor oferta general.

Si se toma un cultivo clave como el maíz, el resultado es que se han generado 20 híbridos de maíz de alto rendimiento. Pero el Programa no sólo considera la cantidad, sino también las posibilidades productivas, proveyendo de soluciones de almacenamiento y 16 modelos de maquinaria de precisión para diferentes escalas de producción, algo que no suele ser atendido, pero que configura herramientas para ayudar al productor, integrando y ampliando una cultura productiva que se convierta en un círculo virtuoso.

Hace apenas un año, el director del Centro de Desarrollo de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE), Mario Pezzini, resaltó la importancia de una complementación en la estrategia productiva entre la SAGARPA y el CIMMYT y planteó que estas actividades impulsan la productividad y sustentabilidad de manera efectiva.

El Programa tiene actividades en 30 estados de México, y participan alrededor de 200,000 productores —mujeres y hombres que quieren producir más para desarrollarse y multiplicar beneficios—, que a su vez representan la posibilidad de tener mejor acceso a alimentos: haciendo las cosas bien, conociendo mejor el entorno y recursos naturales, aprendiendo a cuidarlos, y optimizando posibilidades.

El Programa en general también apunta especialmente al cuidado del medio ambiente; lo hace desde la capacidad de conocer lo que hay y por qué debemos cuidarlo. Y lo acompaña divulgando el conocimiento de una práctica agrícola sustentable adoptada en muchos países, la Agricultura de Conservación. En donde también está plasmado el sentido integral del trabajo de MasAgro: mejorar rendimientos cuidando el suelo, el aire, y el agua.

Todo ello, sin dejar de lado el aspecto trascendente: asegurar escenarios favorables y posibles para seguir produciendo alimentos en los años que vienen, con base en resultados, investigación, innovación y, también, en la premisa práctica de que, por encima de todo —visiones contrapuestas o miradas divergentes—, el mundo tiene que comer. Y seguirá alimentándose, cada día, todos los días, en todos los tiempos.

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