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¡No quemes el rastrojo! Déjalo en la parcela

Por: Divulgación-CIMMYT
8 de marzo de 2016
Mayor filtración y volumen de agua disponible, y un aumento en la materia orgánica para los cultivos que tienen rastrojo.

Con información de Benancio Jiménez Gómez, coordinador técnico del Hub Chiapas.

8 de marzo de 2016.


Diversos estudios científicos han demostrado que la retención de residuos en la superficie del terreno ayuda a mejorar las características físicas, químicas y biológicas del suelo. En ese sentido, las investigaciones del equipo de Intensificación Sustentable para América Latina en el tema de Agricultura de Conservación (AC), han arrojado que la estructura de los suelos donde se elimina el rastrojo o que se laborean es generalmente débil como consecuencia de la labranza. A esto se suma la acción destructiva de las gotas de lluvia, que hace que las partículas del suelo se dispersen, se tapen los poros y se compacte la superficie, lo que impide la infiltración del agua. Por el contrario, en los sistemas de AC, donde hay mínimo movimiento de suelo, los residuos permanecen en la superficie y la protegen, con lo cual aumenta la actividad biológica, hay una mayor cantidad de poros y, en consecuencia, mayor infiltración de agua.

Los residuos protegen el suelo no sólo del impacto de las gotas de lluvia, sino también de los rayos solares que evaporan el agua de la superficie del suelo y de la deshidratación a causa del viento. Por eso, normalmente se encuentra tierra húmeda debajo de los residuos. Éstos, al mejorar la infiltración, estimulan una mayor penetración de agua en el subsuelo. Asimismo, hacen que sea más lento el escurrimiento superficial. La combinación de estos dos factores reduce significativamente el efecto de la erosión hídrica. Los residuos también protegen el suelo del viento y cuando deja de ser removido por la labranza durante la aplicación de las prácticas de AC, hay una marcada disminución de la erosión eólica.

En la AC, si se dejan los residuos en la superficie del suelo, se genera una fuente constante de alimento y un hábitat para los organismos del suelo, que propicia además un aumento en su población. Muchos de estos organismos crean poros en el suelo o destruyen plagas que atacan los cultivos. Cuando se practica la agricultura convencional, únicamente el cultivo está presente: no hay fuentes de alimento para los organismos del suelo, ni hábitat para los insectos benéficos. En la AC, cuando se combinan la retención de residuos y la aplicación de herbicidas en tiempo, disminuyen las poblaciones de malezas, ya que los residuos funcionan como una barrera que restringe su germinación y crecimiento.

En resumen, mediante la cobertura del suelo se logra una mayor filtración y volumen de agua disponible para los cultivos; una menor evaporación del agua y erosión hídrica y eólica del suelo; temperaturas moderadas del suelo; mayor actividad biológica y un aumento en la materia orgánica disponible para los cultivos. Asimismo, se ha demostrado que la cobertura del suelo es un elemento clave para que funcione la AC, ya que sin cobertura, la labranza mínima genera menores rendimientos que la labranza convencional.

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Fuentes:

Thierfelder, Christian; Wall, Patrick, La retención de residuos, México, CIMMYT.

Reyes-Muro; Camacho-Villa, T. y Guevara Hernández, F. (coords.). (2013) Rastrojos. Manejo, uso y mercado en el centro y sur de México. Aguascalientes, México, INAFAP. Libro técnico número 7.

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