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Por amor al campo

Vinculación al mercado, capacitación y valoración de la producción sustentable son claves para que los jóvenes se interesen en el campo, comenta el joven productor guanajuatense, Miguel Ángel Armenta. 

Por: Hub BajíoCIMMYT y Divulgación-CIMMYT
16 de agosto de 2021

Pénjamo, Gto.- “Soy agricultor. Desde muy temprana edad he estado en el campo, pero formalmente tengo un poco más de cinco años trabajando ya por cuenta propia. El trabajo de campo es pesado, pero cuando se agotan las energías físicas, ahí es cuando ayuda el corazón. De lo contrario, no sería posible”, comenta Miguel Ángel Armenta Villanueva, un joven agricultor de Pénjamo, Guanajuato, para quien la Agricultura Sustentable ha sido una forma de hacer más rentable su actividad agrícola y también una forma de honrar el legado de su familia.  

Este amor que siento por el campo viene de mis abuelos, que en paz descansen, y también de mi padre. Para mí ellos son los mejores agricultores que pueda haber. Desde muy pequeño ellos me inculcaron el amor al campo y es algo que se les agradece, porque se ocupa mucho corazón para ser agricultor, no únicamente conocimiento. Eso fue algo que me motivó para trabajar el campo, ver cómo ellos, con tanto cariño, con tanto amor, depositaban su semilla, que muchas de las veces no lo hacían con un fin económico, sino como una esperanza de vida”. 

Miguel Ángel es uno de los más de 200 agricultores de Pénjamo e Irapuato que participan en el Plan Maíz, un proyecto impulsado por Nestlé con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Este proyecto le da valor a la producción sustentable, y por eso promueve una amplia gama de prácticas (te invitamos a leer más detalles sobre este proyecto en: La Agricultura Sustentable, clave para la resiliencia del sector agroalimentario [La Agricultura Sustentable, clave para la resiliencia del sector agroalimentario] ) que le han permitido a los agricultores participantes cuidar los recursos naturales y obtener mejores niveles de rentabilidad. 

“De los retos que tenemos por superar en el campo es la comercialización. Para que los jóvenes presten atención al campo se necesita que se nos vincule con las empresas, que nuestro producto tenga un buen precio, sobre todo, y que haya capacitación. En mi caso, por ejemplo, la capacitación que nos han dado con este proyecto ha sido de mucha ayuda y a su vez nos ha vinculado con la agroindustria. El acompañamiento técnico ha sido fundamental, porque a veces uno hasta piensa en desertar, pero en cambio llega el equipo técnico y nos dice cómo. Eso facilita mucho nuestras actividades”, comenta Miguel Ángel. 

Sobre adoptar nuevas prácticas, el joven productor comenta: “Considero que como humanos, por naturaleza, le tememos a lo desconocido, nos da cierto temor, cierta incertidumbre. Igual en el campo. Adoptar nuevas tecnologías a veces nos genera incertidumbre, miedo, pensamos en el qué dirán, en el qué pasaría si fallamos. Por esa parte sí nos dio trabajo adoptarlas, pero una vez que superamos esa idea, que fue un reto muy complicado, los resultados hablaron por sí solos. En lo personal fue una satisfacción enorme que me generó ver resultados palpables”. 

Nos fue muy bien al adoptar nuevas tecnologías en el campo, tecnologías importantes porque no solo hay que verlo como algo económico, como algo personal o egoísta diría yo, sino hay que tener también un sentido social, por la naturaleza, por heredarles a las futuras generaciones un mundo limpio”. 

Con respecto a la situación de los jóvenes y su relación con el campo, Miguel Ángel comenta que “nuestro principal reto como jóvenes es estudiar, superarnos, pero desgraciadamente la idea para lograrlo es salir del rancho, salir de nuestra comunidad y superarnos en otro lado. Ese es el objetivo de la mayoría de los jóvenes y, lo digo, yo en su momento lo tuve, pero no debería ser así. El campo necesita gente preparada, necesita profesionistas que vengan a aterrizar sus conocimientos y que los usen para beneficio de los lugares donde nacieron. También se necesita tener mejores políticas públicas para el campo, sobre todo para darle valor a nuestra producción y que el campo sea rentable y atractivo para los jóvenes”. 

Yo les quisiera decir que hay que ser agradecidos con el campo. La tierra es vida, todo lo que comemos en nuestras mesas viene del campo. Y es muy bueno que se superen y piensen ir a las ciudades, pero hay que seguirle apostando al campo, estar orgullosos de nuestras raíces y hacerlo por amor a nuestros antepasados y al campo, que por mucho tiempo nos ha dado de comer y en agradecimiento hay que seguir trabajándolo”, finaliza Miguel Ángel. 

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