Rosales, Chih.- Chihuahua es el principal productor de nuez a nivel nacional. En las huertas nogaleras del estado se cultiva el llamado “oro café” que brinda el nogal, árbol que tarda entre cinco y ocho años en brindar sus primeros frutos y alcanza su máximo rendimiento entre los 15 y 25 años.
La sobreexplotación de los mantos freáticos, sin embargo, ha hecho que la producción de nuez en diversas zonas del estado decaiga, haciendo que muchos productores busquen alternativas para seguir siendo productivos ante esta crisis del agua.
¿Es posible desarrollar un sistema de producción sustentable en las huertas nogaleras?, ¿sistemas como la Agricultura de Conservación son viables para la producción de otros cultivos que no sean los granos básicos?
Raymundo Soto es un productor del municipio de Rosales Chihuahua y, recientemente, en el marco de la iniciativa MasAgro Cultivos para México —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, recibió a otros productores para mostrarles cómo ha implementado los componentes básicos de la Agricultura de Conservación en su huerta nogalera, con resultados satisfactorios.
En las 65 hectáreas de la huerta, comenta Raymundo, hay un pozo profundo; sin embargo, la cantidad de sales de esa agua no la hacen conveniente para la producción de nuez, así que la huerta se riega con agua de la presa Las Vírgenes, que se usa principalmente para cultivos del ciclo primavera-verano.
Lo anterior significa que esta huerta nogalera se ha manejado con las condiciones de riego de los cultivos anuales, hecho de particular interés para el estudio y seguimiento de la rentabilidad de un cultivo perenne como el nogal, cuya vida productiva puede ser de 50 años e incluso extenderse hasta los 100 años.
De acuerdo con Raymundo, sus nogales han tenido un buen desempeño al adaptar la Agricultura de Conservación a sus propias condiciones: primero, no mueve el suelo (no lo ha movido por siete años) y deja sobre la superficie las tres toneladas de rastrojo que produce la hierba y el zacate que se encuentran en las calles de la huerta. Esto lo hace cinco veces al año, cumpliendo con los dos primeros componentes básicos de la Agricultura de Conservación: mínimo movimiento del suelo y su cobertura con residuos de cosecha.
Con respecto al tercer componente de la Agricultura de Conservación, Raymundo comenta que, aunque aparentemente no hay una diversificación de cultivos como tal, “la biodiversidad de la huerta no se circunscribe únicamente a los árboles de nogal”, así que mediante el zacate y otras hierbas el suelo nunca está descubierto y, de hecho, ha observado una importante actividad microbiana con la presencia de micorrizas, lombrices y diversos insectos benéficos.
Ante estos efectos positivos, Raymundo decidió no volver a aplicar insecticidas ya que la biodiversidad que mantiene la huerta le ha permitido reducir significativamente la necesidad de otro tipo de control.
Con respecto al tema del agua, el productor comenta que ha instalado un sistema de riego por aspersión que le ha representado, en términos generales, un ahorro de más del 50% en el uso del agua. Esto es un ahorro muy importante que le permite hacer mucho más rentable su actividad, por lo que invita a otros productores, independientemente del cultivo que tengan, a conocer y adoptar sistemas sustentables como la Agricultura de Conservación.