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Soluciones herméticas poscosecha: salud y seguridad alimentaria

Gracias a la instalación de dos módulos poscosecha y 13 áreas de extensión, en Puruándiro, Michoacán, 222 productores que perdían hasta 30% de su producción se han capacitado en el uso del silo metálico hermético y las condiciones adecuadas para el almacenamiento del grano. 

Por: Abel Saldivia y Reynaldo Hernández
1 de marzo de 2021

Puruándiro, Mich.- El municipio de Puruándiro se localiza al norte de Michoacán y forma parte de la región denominada El Bajío. En el municipio, la mayoría de los productores de temporal destinan una gran parte del grano para el autoconsumo y la ganadería de traspatio. Sin embargo, durante el periodo de almacenamiento (diciembre-agosto) se pueden generar pérdidas superiores a 30% de la producción a causa de los daños ocasionados por el barrenador y el gorgojo (aunque en regiones más altas se presenta también la palomilla). 

El almacenamiento se realiza en tambos de metal o costales de polipropileno y se aplican pastillas de fosfuro de aluminio, producto que es potencialmente tóxico para humanos y que es absorbido rápidamente por inhalación, contacto o ingestión. Sumado a esto, el producto presenta limitantes, como el largo periodo de exposición requerido para garantizar su efecto y la resistencia que desarrollan algunos de los insectos o plagas objetivo.  

Ya que las pérdidas poscosecha contribuyen a la inseguridad alimentaria de las familias más vulnerables, el ingeniero Francisco Garcilazo, director de Desarrollo Rural de Puruándiro se vinculó al Hub Bajío del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para capacitar a técnicos y productores del municipio en prácticas poscosecha adecuadas. 

La estrategia para promover tecnologías herméticas poscosecha (particularmente del silo metálico hermético) como una herramienta eficiente y accesible para conservar granos básicos, minimizar el uso de productos químicos y reducir la afectación por plagas de almacén fue la instalación de módulos y áreas de extensión poscosecha. 

Los módulos son espacios donde investigadores, técnicos y productores almacenan granos con distintas prácticas o tecnologías a fin de compararlas lado a lado e identificar las más adecuadas para las condiciones locales; por su parte, en las áreas de extensión los productores reciben acompañamiento técnico para implementar  las prácticas que ya fueron validadas. 

Así, durante 2019 y 2020 se establecieron dos módulos poscosecha y 13 áreas de extensión. Gracias a esto, se capacitó a 222 productores en el uso del silo metálico hermético y las condiciones adecuadas para el almacenamiento del grano (desde la humedad óptima y la limpieza del grano hasta las pruebas de hermeticidad). Cabe mencionar que los talleres de capacitación se desarrollaron en la casa de los mismos productores para que pudieran observar el comportamiento de las tecnologías en sus propias condiciones.

Después de ver los beneficios de las tecnologías herméticas poscosecha, varios participantes decidieron convertirse en sus promotores, tal es el caso de Reynaldo Hernández, técnico adscrito a la Dirección de Desarrollo Rural de Puruándiro, quien asumió la responsabilidad de continuar capacitando a más productores en el uso del silo metálico hermético. 

Adicionalmente, la vinculación con un herrero capacitado por el CIMMYT para la elaboración de silos metálicos herméticos de acuerdo a la norma oficial mexicana NMX-FF-123-SCFI-2015, permitió que un grupo de 15 productores del municipio adquirieran silos con capacidad para 0.5 y 1 tonelada. Esto es particularmente relevante porque el proceso de adopción de las tecnologías es complejo y requiere la articulación de diversos actores: desde el comisariado ejidal hasta los técnicos locales, pues se trata de desarrollar capacidades en la propia localidad y que estas puedan seguir siendo replicadas. 

La red de colaboradores del CIMMYT comparte la visión de llevar conocimiento a los productores mediante procesos participativos bajo la filosofía de aprender haciendo. Puruándiro vive hoy este proceso y las comunidades de San Lorenzo y Huatajo —donde se encuentran los módulos—, El Granjenal, La Barranca, Los Reyes, El Pilar, El Pueblito, El Reparo, El Sabino, Las Letras, La Quemada, Janamuato, Las tortugas, La Cofradia y La Excusa —donde están las áreas de extensión— son ejemplo de esta suma de esfuerzos.

Fuentes:

Chaudhry, M. Q. (1997). Review A Review of the Mechanisms Involved in the Action of Phosphine as an Insecticide and Phosphine Resistance in Stored‐Product Insects. Pest Management Science, 49(3), 213-228.

Moghadamnia, A. A. (2012). An update on toxicology of aluminum phosphide. DARU journal of Pharmaceutical Sciences, 20(1), 25.

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