La poscosecha forma parte del necesario manejo para la adecuada conservación de los diversos productos agropecuarios, con el fin de determinar la calidad y su posterior comercialización o consumo. Los principales objetivos de la poscosecha son: mantener la integridad física y la calidad de los productos, así como preservarlos por tiempos prolongados, evitando el daño sobre su calidad nutritiva y su valor comercial. Asimismo, la poscosecha es un componente fundamental del ciclo agrícola que el agricultor lamentablemente con frecuencia relega en detrimento de las tareas estrictamente productivas: de la siembra a la cosecha.
Los costos de producción, los problemas de plagas y enfermedades, la estrategia de fertilización y otras consideradas como más urgentes desplazan con frecuencia la atención al buen manejo del sistema de poscosecha, el cual, sin embargo, contribuye a aportar una mejor calidad del maíz, mejorando su apariencia y reduciendo el daño del grano causado por las plagas; reduce el uso de insecticidas químicos y preserva la producción por periodos prolongados.