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Uso de polvos como una práctica alternativa para el almacenamiento de granos básicos

Los polvos, incluyendo cal micronizada y tierra diatomea, son una opción sustentable para disminuir las pérdidas en granos almacenados, sin el uso de agroquímicos.

Por: Ariel Rivers, coordinadora de Poscosecha; y Jessica González Regalado, asistente de investigación Poscosecha.
31 de marzo de 2017.
Por: Divulgación-CIMMYT
11 de abril de 2017

Edo. de México.- En el sistema de poscosecha existen varias opciones para proteger el grano durante el tiempo de almacenamiento. Las tecnologías herméticas, como silos metálicos herméticos y bolsas plásticas herméticas, son muy reconocidos por su efectividad, pero a veces no están disponibles o son caras para productores que almacenan poco grano o que almacenan cada año. Para estos casos, los productores pueden usar prácticas alternativas, incluyendo el uso de polvos como cal micronizada (hidróxido de calcio) o tierra diatomea.

Durante el almacenamiento de granos básicos, productores en México pueden perder casi 25% de su grano debido a insectos y hongos (Arahón Hernández y Carballo Carballo, 2014; García-Lara y Bergvinson, 2007). En la búsqueda de opciones para controlar estas plagas, las soluciones tienen que ser asequibles, fáciles de usar y sin el potencial para dañar la salud de los productores o los usuarios finales del grano almacenado. Los polvos cumplen estas características y tienen gran potencial para reducir las pérdidas en granos almacenados.

Los insectos son muy sensitivos a desecación, y es por esta propiedad que los polvos sirven para eliminarlos. Las partículas pequeñas de los polvos pueden remover la cera de la cutícula de los insectos adultos o dañar la cutícula físicamente. La cutícula de los insectos es su barrera de protección contra el medio ambiente, y sin esta protección, los insectos pueden perder humedad rápidamente (Fields y Korunic, 2002). También, las partículas de los polvos pueden entrar por los espiráculos de los insectos, causando la muerte a través de la desecación (Mewis y Ulrichs, 2001). En ambos casos, los insectos mueren entre las siguientes 24 a 48 horas (Aguayo et al., 2004); sin embargo, para que la población disminuya afectando todo el ciclo de vida del insecto, éstos deben estar expuestos a los polvos un periodo mínimo de entre 21 y 28 días (McLaughlin, 1994). Los polvos también pueden cambiar la humedad relativa y otras propiedades del medio ambiente dentro de los recipientes donde los productores almacenan su grano, y este efecto puede inhibir el desarrollo de los hongos (Magan et al., 2003).

Los polvos tienen diversas ventajas: están disponibles con muchos vendedores de productos agrícolas, son fáciles de aplicar, son una buena opción para los productores que guardan poco grano o no almacenan grano cada año, no afectan el sabor del grano o uso final, y protegen el grano inmediatamente. Sin embargo, como todas las prácticas, también tienen algunas desventajas: es necesario usar una máscara y guantes cuando se aplican los polvos para evitar la respiración de las partículas y desecación de la piel, y a veces son difíciles de conseguir de la manera en que se requiere, por ejemplo, tal vez el productor puede encontrar cal, pero no cal micronizada, y las partículas de esta última son más pequeñas, de ahí que sea un produto más efectivo.

La recomendación para la dosis (gramos de polvo por cada kilogramo de grano) depende de las plagas más importantes, el grano, el tiempo de almacenamiento, y la temperatura y humedad relativa en el medio ambiente local. Por eso, el CIMMYT y sus colaboradores empezaron varias investigaciones en 2016 y 2017 para conocer el potencial de los polvos, enfocadas en cal micronizada y tierra diatomea, para proteger los granos almacenados. Los resultados preliminares son favorables e indican que los polvos pueden ser una buena opción donde otras tecnologías no existen, o en lugar de estas tecnologías. Consulta el Boletín EnlACe y la Revista EnlACe, y platica con tu técnico local para más información.

 

Bibliografía

Hernández, G., A., Carballo Carballo, A. (2014). Almacenamiento y conservación de granos y semillas, Secretaría de Agricultura, Ganaderia, Desarollo Rural, Pesca, y Alimentación, Subsecretaría de Desarrollo Rural (Sagarpa). Montecillo, Texcoco, Mexico.
Fields, P. G., Korunic, Z. (2002). Post-Harvest Insect Control With Inert Dusts. Encycl. Pest Manag. 1, 650–653.
García-Lara, S., Bergvinson, D. J. (2007). Programa integral para reducir pérdidas poscosecha en maíz. Rev. Mex. Ciencias Agrícolas 33, 181–189.
Magan, N., Hope, R., Cairns, V., Aldred, D. (2003). Post-Harvest Fungal Ecology: Impact of Fungal Growth and Mycotoxin Accumulation in Stored Grain. Eur. J. Plant Pathol. 109, 723–730.
McLaughlin, A. (1994). Laboratory trials on desiccant dust insecticides. In: Proceedings. 6th International Working Conference Stored-Product Protection. Highley, E., E. J.
Mewis, I., Ulrichs, C. (2001). Action of amorphous diatomaceous earth against different stages of the stored product pests Tribolium confusum, Tenebrio molitor, Sitophilus granarius and Plodia interpunctella. J. Stored Prod. Res. 37, 153–164.
Silva Aguayo, G., González-Gómez, P., Hepp, R., Casals Bustos, P. (2004). Control de Sitophilus zeamais Motschulsky con polvos inertes. Agrociencia 38, 529–536.

 

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