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Ventajas de sembrar en camas permanentes

Ahorro en costos de producción y el mejoramiento de las propiedades del suelo son dos de los beneficios de sembrar en camas permanentes, así lo manifiesta este productor de Guanajuato quien participa en el proyecto AGRIBA Sustentable. 

Por: Salvador Ramos Cuellar
18 de abril de 2022

Pénjamo, Gto.- En la localidad de Purísima de Ramírez, municipio de Pénjamo, Guanajuato, la costumbre es que al terminar de trillar el maíz se realicen inmediatamente los laboreos del suelo: primero el arado, luego la rastra y después el surcado para dar finalmente paso a la siembra de trigo. Todas esas actividades tienen un costo aproximado de $5,000 por hectárea.

Además de los altos costos de producción, el movimiento continuo y excesivo del suelo daña su estructura y disminuye su capacidad productiva. En este sentido, el proyecto AGRIBA Sustentable fomenta prácticas más eficientes relacionadas de manera directa con la reducción y hasta eliminación de las labores antes mencionadas. 

AGRIBA Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A través de esta iniciativa se promueve entre los productores prácticas sustentables —como la Agricultura de Conservación— que permiten cuidar el suelo y facilitan que el productor tenga mayores ganancias en comparación con las prácticas convencionales.

Carlos Ramírez, un productor de Purísima de Ramírez, se animó a probar la siembra en camas permanentes ―una de las prácticas sugeridas por AGRIBA Sustentable―, que son un conjunto de surcos cuya parte elevada, que es donde se siembra, no se labra, limitando el movimiento del suelo a la reformación de las camas para facilitar la conducción del agua, solo cuando es necesario.

La siembra en camas permanentes ayuda a mejorar el manejo del agua y a reducir la compactación del suelo mediante el tráfico controlado ―ya que el tráfico se ve limitado a la parte baja de las camas―; también permite el uso de métodos mecánicos para el control de malezas y facilita el manejo del rastrojo en el suelo.

Con la implementación de camas permanentes Carlos registró una inversión de $1,400 por hectárea, por lo que, en comparación con la agricultura convencional de la zona, se ahorró $3,600 por hectárea, cuidando además su suelo y agua. 

Carlos menciona además que, en comparación con el sistema convencional de surcado, la siembra en camas permanentes le ha facilitado el riego y ha mejorado la conducción del agua. 

Otra innovación adoptada por el productor fue la siembra de una nueva variedad (Cisne F2016) con la que Carlos observa un mayor crecimiento vegetativo y una espiga más pesada en comparación con la variedad Cortázar S94, la acostumbrada en la zona. 

La utilización de un hongo benéfico (Trichoderma harzianum) para el control de la enfermedad conocida como secadera (Fusarium sp.) en trigo fue otra innovación implementada por Carlos en otra de sus parcelas. Allí notó una mejoría traducida en una menor incidencia de esta enfermedad, lo que lo motiva para su utilización en los siguientes ciclos agrícolas.

El productor, quien ha visto resultados positivos con las prácticas que ha implementado,  comenta que quiere seguir innovando con otras prácticas de Agricultura de Conservación, no solo para reducir costos y mejorar sus utilidades, sino también para ir mejorando su suelo. 

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