San Pedro Pochutla, Oax.- Normalmente se consumen como botana —tostados, salados o enchilados—, pero la versatilidad gastronómica de los cacahuates es tan amplia que incluso en tostadas conquistan el paladar. La señora Adriana Ríos elabora tostadas de cacahuate en su casa —en la localidad de Santa María Limón, municipio de San Pedro Pochutla, Oaxaca—, pero el cacahuate que usa no es cualquier cacahuate, sino uno que ella y su esposo cultivan y que tiene una historia muy peculiar.
“Nos dijeron que estábamos locos, que así no se iba a dar, que estábamos perdiendo el tiempo. Y no, sí se nos dio. Con la ayuda del ingeniero salimos más altos en rendimiento que los que ya llevan tiempo sembrado, porque nosotros somos nuevos sembrando cacahuate. Sí se pudo. Este año sembramos 1 hectárea, y para el año que viene vamos a sembrar dos”, comenta la señora Adriana, refiriéndose al hecho de haber dejado el rastrojo sobre el suelo y a otras innovaciones que implementaron en su parcela.
Al tiempo que pone las tortillas de masa de cacahuate en el fogón —y que estas desprenden un aroma dulce que abre el apetito—, habla sobre la ventaja de producir su propio cacahuate: “nos queda más ganancia; nos queda un poco más porque antes, cuando lo comprábamos, gastábamos más”.
Ahora la señora Adriana y su esposo generan empleo y asesoran a becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro (programa del Gobierno federal que vincula a jóvenes a actividades productivas para que desarrollen hábitos laborales). “Para nosotros es un orgullo tener nuestro propio negocio y ayudar a los jóvenes de la comunidad a que aprendan, por si el día de mañana quieren crear su propio negocio. Les estamos enseñando todo, desde que se siembra el cacahuate hasta que se elabora la tostada”, señala.
Este impacto positivo en la economía de los productores y de las comunidades es precisamente uno de los objetivos del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche —de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, en el que participan Adriana y su marido. A través de este, reciben acompañamiento técnico para diversificar cultivos e implementar otras innovaciones sustentables que les permiten, entre otras cosas, disminuir sus costos de producción y cuidar sus recursos naturales.
“Nosotros dejamos el rastrojo sobre el suelo; no lo quemamos ni le sacamos la cañuela del año pasado. Los que nos decían que así no íbamos a sacar nada ahora nos preguntan, porque nosotros obtuvimos 2 toneladas y ellos no sacaron mucho. Ahora quieren que venga el ingeniero a asesorarlos para sembrar como nosotros”, menciona la productora.
Para Omar Francisco Sánchez, el asesor técnico que ha brindado acompañamiento a la señora Adriana y su esposo, es muy importante que otros productores conozcan las innovaciones que promueve el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT. “Este año que pasó fue muy seco; la precipitación fue muy irregular, por lo que el rastrojo jugó un papel importante, dado que en las etapas críticas de sequía la planta estaba mucho mejor en comparación con parcelas donde el productor realizó quemas”, resaltó.
Omar comenta que la introducción de leguminosas —como el cacahuate— mejora la calidad del suelo y la Agricultura de Conservación (sistema basado en mínima labranza, cobertura del suelo y rotación de cultivos) permite que el cultivo se desarrolle mejor. Y menciona que “se puede ver que el cacahuate obtenido en el área de innovación (donde se implementó Agricultura de Conservación) es más grande que el del área testigo (donde se quemó el rastrojo y se trabajó de forma convencional); el grano se desarrolló muy bien, con lo cual tenemos un mayor volumen de cosecha. Tenemos un producto que es rentable para el productor y de buena calidad”.
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