Veracruz.- En agosto de 2021 el huracán Grace tocó tierras mexicanas dos veces: primero atravesó la Península de Yucatán como huracán de categoría 1 y después tocó tierra en la costa del Golfo de México como huracán de categoría 3, convirtiéndose en uno de los ciclones tropicales más fuertes registrados para el estado de Veracruz.
El devastador paso de Grace afectó seriamente a los agricultores del Totonacapan —zona al norte de Veracruz— quienes perdieron sus cultivos de temporal pues el fenómeno meteorológico llegó en plena temporada de floración del cultivo de maíz, el cual se acamó —cuando las plantas se “recuestan” o se “tienden” hacia el suelo— en un 90%, sin esperanza de lograr una cosecha decente del grano.
El huracán Grace no solo impactó la economía de los agricultores, también su estado de ánimo ya que, al ver perdida su inversión, sintieron desesperanza y decepción. Muchos de ellos manifestaban que no esperaban algo tan fuerte y, sin embargo, el impacto fue de tal magnitud que afectó la mayoría de los cultivos de temporal y anuales, como los cítricos que son una importante fuente de ingreso en la zona.
La investigación agronómica en esa región también se vio afectada, ya que los módulos agronómicos y la plataforma de investigación que Citricultores Tihuatecos Asociados y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han establecido en colaboración también fueron siniestrados por el huracán.
Dadas estas circunstancias se realizó un ajuste al protocolo de investigación, buscando alternativas de cultivos para cubrir los meses restantes y llegar a la siembra del ciclo otoño-invierno 2021 —que comúnmente se realiza entre los últimos días de octubre y todo noviembre—.
Así, buscando una estrategia sustentable que permitiera adaptarse a las nuevas circunstancias, se optó por sembrar cultivos alternativos como soya forrajera, frijol negro Michigan y un girasol criollo mejorado (Icamex 14-B) proporcionado por el CIMMYT con el objetivo de despertar el interés de los productores —ya que en esa zona no es un cultivo común— y fortalecer la biodiversidad al generar espacios para las abejas que, debido al uso desmedido de agroquímicos, han visto reducidos los lugares donde obtener polen.
Así, después del paso del huracán Grace se retomaron las actividades en la plataforma para preparar el terreno donde se estableció tanto el frijol Michigan como una asociación de girasol con soya forrajera como cobertura —previamente en la plataforma ya se evaluaba la soya como cobertura, pero asociada con maíz—.
El girasol ha mostrado una buena adaptación a la zona y, por su parte, la soya forrajera se ha confirmado como una leguminosa que, aparte de mantener las condiciones de humedad en el suelo, es una excelente fijadora de nitrógeno, tiene una alta capacidad de captura de CO2, y un alto aporte de materia orgánica que contribuye a generar una capa que cubre al suelo y lo protege de la erosión.