Trinidad Zaachila, Oax.- En México, impulsar proyectos que contribuyan a fortalecer (y reconstruir, en muchos casos) el tejido social y la paz desde el campo es importante no solo en términos económicos y de seguridad, sino culturales.
Cuando las personas que trabajan el campo no encuentran en él las condiciones para cubrir sus necesidades, entonces se propician fenómenos como la migración, el consecuente abandono del campo, e incluso el conflicto y la inseguridad social.
Las disfunciones de los sistemas agroalimentarios, sin embargo, no solo afectan estos ámbitos de interés público, sino que trastocan otros más imperceptibles, pero fundamentales para toda sociedad: las tradiciones, la cultura.
Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores es importante, por lo tanto, que los proyectos que impulsan en conjunto sean pertinentes no solo en términos agronómicos, sino también desde el punto de vista sociocultural.
El fortalecimiento de la milpa, el rescate y mejoramiento participativo de maíces nativos y la diversificación de cultivos con especies apropiadas para el suelo y los contextos culturales locales, son un ejemplo de este propósito.
“Con la venta de cempasúchil nos fue bien. Los terciecitos a $80, $90. El girasol lo vendemos por docena o cada florecita a $5 pesos. Y se terminó. Esas flores que quedaron son para semilla”, comenta Jaboco Estanislao Benitez, originario de Trinidad Zaachila, Oaxaca, quien participa en un proyecto impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT.
La introducción de cempasúchil y otras especies de plantas cultivables con menor requerimiento hídrico tiene la intención de que los productores (de las regiones donde esas especies son viables) se adapten y sean resilientes ante los efectos del cambio climático. No obstante, se han observado diversos beneficios más allá de lo agronómico.
La seguridad alimentaria, las dietas y la economía familiar se han beneficiado, pero también se han fortalecido las tradiciones (como las festividades de Todos Santos y Fieles Difuntos), e incluso se ha promovido el turismo, porque las parcelas de cempasúchil de estos productores innovadores son auténticos jardines de color naranja intenso floreciendo en un contexto de clima cambiante.