Tlaxiaco, Oax.- Abundio Sánchez y su hijo son productores de Nueva Reforma, en Tlaxiaco, Oaxaca. Para ellos, la ganadería y la agricultura van de la mano. La comunidad en donde viven forma parte de una cuenca lechera, así que las vacas que tienen en su terreno son muy importantes para su economía, pero también son un elemento esencial de su sistema de producción, ya que el estiércol del ganado aporta nutrientes al suelo y este provee de forraje al ganado.

No obstante, si no se implementan las prácticas agronómicas adecuadas y no se eligen los cultivos más pertinentes, esta sinergia entre ganadería y agricultura puede no ser rentable (incluso puede no darse). “Antes gastábamos mucho dinero porque comprábamos zacate, forraje, y ahora no. En dos o tres meses ya tenemos forrajes para nuestro ganado. Ahorita sembramos grass pea —que es esto que parece pasto— para el ganado y lenteja para nuestro consumo”, explica.

Además de estas leguminosas (el grass pea y la lenteja) cultivan maíz azul, avena, cebada, trigo, canola y otras especies vegetales. Por supuesto, no todo al mismo tiempo, sino en un orden y una asociación particulares. También aprovechan los residuos de los cultivos de una temporada en la siguiente para retener la mayor humedad posible. “Hemos dejado el rastrojo en los terrenos y estamos viendo los buenos resultados porque ya no se está compactando. También vemos los beneficios en el crecimiento de la mazorca. Antes, de una hectárea de maíz sacábamos unos 500 kilos, y ahorita estamos ya pegándole a la tonelada en tres cuartos de hectárea”, comenta.

El señor Abundio Sánchez es uno de los productores que participa en el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A través de este ha recibido el acompañamiento técnico adecuado, el cual toma en cuenta sus necesidades como productor agrícola y ganadero.

“Con el señor Abundio hemos implementado innovaciones para complementar su actividad agrícola con su actividad ganadera. Aquí tenemos producción de maíz y forrajes, pero también cultivos alternativos, en este caso leguminosas que generan las condiciones para que en el siguiente ciclo se vuelva a sembrar una gramínea. Por su parte, la Agricultura de Conservación —sistema basado en la mínima labranza, la cobertura del suelo y la rotación de cultivos— nos permite tener un suelo cubierto que retiene mucha más humedad que un suelo desnudo, y esa humedad es la que nos está ayudando a que los cultivos alternativos se desarrollen”, explica Misael Melchor Velasco, el técnico certificado en Agricultura Sustentable que les brinda acompañamiento técnico.

Según este productor, la necesidad lo obligó a buscar alternativas. “Nos animamos a hacer cosas nuevas porque ya no nos daba la forma en que veníamos trabajando. Prácticamente no cosechábamos nada. Ahora ya no metemos tractor; ya no gastamos en eso, ni en forrajes ni fertilizantes. Es más práctico trabajar con el rastrojo porque la tierra ahora está suave y húmeda. Antes gastábamos aproximadamente $2,000 de fertilizantes solo en este pedacito; ahora basta con una cucharada sopera y una sola aplicación. También hay menos malezas, y todavía tenemos maíz de la cosecha pasada. Esos son los beneficios”, señaló don Abundio.

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