Asunción Nochixtlán, Oax.- Las pérdidas poscosecha en los granos almacenados tienen un gran impacto en la economía y la nutrición de las comunidades. Las plagas que atacan al frijol ―como el gorgojo pardo (Acanthoscelides obtectus) y el gorgojo pinto (Zabrotes subfasciatus)― pueden provocar pérdidas de hasta 35% a los productores de diversas comunidades de Oaxaca que no cuentan con los recursos económicos suficientes para almacenar su producción en las condiciones apropiadas.
Ya que el frijol es una fuente importante de proteína en la dieta humana, la incidencia de plagas en este grano representa un serio problema. Por esta razón, mediante el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ ―que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)―, la Unión de Ejidos y Comunidades de Producción y Comercialización Agropecuaria del Valle de Nochixtlán promueve tecnologías amigables con el ambiente orientadas a la disminución de costos de conservación de granos (manteniendo sus características).
Entre las tecnologías que se promueven como alternativas para el almacenamiento del frijol, están los polvos inertes, que son minerales pulverizados de baja o nula toxicidad para los organismos benéficos y el ser humano (a diferencia de los insecticidas convencionales, que son potencialmente dañinos para la salud).
La cal micronizada y la tierra de diatomeas son un buen ejemplo de cómo funcionan los polvos inertes: al ser diminutos fragmentos minerales, taladran los cuerpos de los insectos plaga, provocándoles la muerte por deshidratación.
En un ensayo realizado en enero de este año en Nochixtlán se observaron buenos resultados usando cal micronizada: a 90, 180 y 270 días, los daños por insectos fueron de 0.53%, 0.78% y 0.69%, respectivamente. Cabe mencionar que también se evaluó el efecto del epazote para la conservación del frijol (esta hierba aromática que se usa como condimento y planta medicinal es rica en vitaminas A, B6 y C y algunos minerales ―como calcio, potasio, zinc y fósforo―). En este caso, los daños por insectos a los 90, 180 y 270 días fueron de 0.67%, 0.87% y 1.27%, respectivamente.
Con prácticas amigables con el ambiente, se trabaja para que los productores logren la seguridad alimentaria de sus familias y comunidades, puedan vincularse a los mercados y dispongan de ingresos adicionales por la venta de excedentes. Si deseas conocer más sobre este proyecto, síguenos con el hashtag #DiversificaNutreVincula.