Santo Domingo Nuxaá, Oax.- Las pérdidas poscosecha por plagas son un grave problema en los países en desarrollo, particularmente para los productores de autoconsumo. Se estima que en las regiones tropicales las pérdidas ascienden hasta 40%. Para que los productores de Ojo de Agua, en Santo Domingo Nuxaá, Oaxaca, tengan opciones efectivas y accesibles para hacer frente a este problema ―que además pone en riesgo su seguridad alimentaria―, el pasado 1 de febrero se instaló un área de extensión poscosecha.

En estos espacios se conservan granos con diferentes tecnologías herméticas y se mantiene un testigo (grano conservado de forma convencional) para que los productores puedan comparar los resultados. En este caso, el área de extensión se instaló en el domicilio del productor Celestino López Miguel y se contó con la participación de todos los integrantes de su familia.

Se almacenó frijol blanco delgado (resultado del ciclo agrícola primavera-verano y cosechado a finales de noviembre), propiedad del productor, quien por años lo ha conservado solo en costales de polipropileno. Este año, sin embargo, el grano mostró pronta susceptibilidad a plagas, específicamente al gorgojo del frijol (Acanthoscelides obtectus).

Por lo anterior, el productor optó por conservar sus granos con el apoyo técnico de la organización General Gabino Lozano San Miguel, que da seguimiento al municipio como parte del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

La tecnología empleada para la conservación de los granos fue la bolsa plástica hermética de amarre (BPHA). Previamente, se realizó un muestreo del grano y se limpió, cribándolo para eliminar la mayor cantidad de impurezas y gorgojos. El grano se almacenó con una humedad de 12.13% y con una temperatura de 14.8 °C (lo que indica la humedad elevada del grano). Una vez verificado el porcentaje de humedad del grano, y estando limpio y seco, se procedió al pesado de este y al llenado de los recipientes herméticos, conservando un total de 81.14 kg de frijol blanco en dos bolsas plásticas herméticas.

Como resultado del muestreo realizado con tres submuestras de 500 g cada una, se observó que, al momento de la instalación y por no haber conservado el grano inmediatamente después de la cosecha, en prácticamente dos meses se tuvo una pérdida por tonelada de 122.6 kg por daño por plagas, 34 kg por daños por hongos, 66 kg por grano quebrado y 44 kg por grano con otros daños (granos de otro color). Esto significa que de 1 tonelada de grano el productor está perdiendo 266.6 kg.

Ante esta problemática, el señor López y su familia manifestaron interés por conservar oportunamente sus granos, ya que han observado gran variación y agresividad de las plagas; anteriormente, podían conservar sus granos sanos por más tiempo sin necesidad de tecnologías de almacenamiento. De igual manera, expresaron su interés por analizar otras opciones de conservación de granos más económicas y fáciles de utilizar. Asimismo, invitan a los productores de su localidad a que aprendan a conservar adecuadamente sus granos para evitar pérdidas poscosecha, pues comentaron que de por sí es complicado el proceso de la producción de granos.